Un informe advierte que Estados Unidos corre el riesgo de quedarse atrás de China en el lanzamiento rápido de satélites. Los investigadores señalan que China probablemente está por delante de Estados Unidos en su capacidad de lanzar o reemplazar rápidamente satélites en caso de conflicto. Según un estudio de la Universidad de Georgetown, China ha estado desarrollando habilidades de lanzamiento espacial tácticamente responsivas durante la última década.
China ha avanzado significativamente en la capacidad de lanzamiento espacial tácticamente responsivo (TRSL) mediante el desarrollo de cohetes relativamente pequeños, móviles y de combustible sólido que pueden despegar desde una plataforma móvil en lugar de las plataformas de lanzamiento tradicionales. En contraste, Estados Unidos solo ha realizado una demostración declarada de TRSL hasta ahora, con una segunda prueba planeada para más adelante en el año actual.
Aunque ambos países han construido extensos activos espaciales para diversas aplicaciones económicas, científicas y militares, la capacidad de reemplazar rápidamente satélites dañados o destruidos es un componente crucial para la resiliencia espacial. El informe destaca que Estados Unidos tiene la industria espacial más avanzada del mundo, pero no ha demostrado una capacidad correspondiente para lanzar cohetes en corto plazo.
El informe de la Universidad de Georgetown muestra que China ha estado expandiendo rápidamente su arquitectura espacial, lanzando cientos de nuevos satélites y ubicándolos en órbitas cada vez más diversas. Sin embargo, Estados Unidos sigue superando a China en la mayoría de los aspectos, excepto en la capacidad de lanzamiento rápido, que sería necesaria en un escenario crítico y menos probable, donde los satélites estuvieran bajo ataque.
Desde 2002, China ha diseñado y lanzado más de media docena de modelos de cohetes de combustible sólido compatibles con transportadores lanzadores erector (TEL). Esto significa que los cohetes pueden ser transportados en una plataforma móvil, como un camión especializado, a cualquier área plana y abierta, para luego ser elevados verticalmente para su lanzamiento.
En contraste, los desarrolladores de vehículos de lanzamiento en Estados Unidos han priorizado cohetes de combustible líquido más grandes y eficientes, que dependen de una infraestructura de lanzamiento extensa. Actualmente, Estados Unidos solo cuenta con dos cohetes de combustible sólido, el Pegasus XL y el Minotauro, ambos producidos por Northrop Grumman y basados en diseños de hace tres décadas. Ninguno de ellos es compatible con TEL: el Pegasus se lanza desde una aeronave y el Minotauro debe ser lanzado desde una plataforma.
Para cerrar la brecha con China, el informe recomienda que el gobierno de Estados Unidos aumente las inversiones en cohetes de combustible sólido y trabaje con empresas privadas para desarrollar tecnologías relacionadas. Además, se sugiere que se construyan los cohetes con anticipación y se almacenen en estados listos para el lanzamiento.
La última misión del cohete Kuaizhou-1A tuvo lugar la semana pasada en el desierto de Gobi, enviando cuatro satélites a órbitas terrestres bajas como parte de una constelación meteorológica comercial que se completará en 2025. El Kuaizhou-1A puede ser lanzado dentro de siete días después de llegar al sitio de lanzamiento y solo necesita un terreno plano y duro del tamaño de una cancha de baloncesto para su lanzamiento. Es especialmente adecuado para el montaje rápido de constelaciones de satélites o el lanzamiento de satélites de reemplazo para una constelación existente.
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