En pleno conflicto global entre Estados Unidos y China, cualquier avance en lo que respecta a tecnología puede representar una amenaza.
Un ejemplo de esto son las recientes declaraciones del secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, quien expresó su preocupación por los vehículos automatizados chinos.
Específicamente, a Buttigieg le preocupa que, si estos tipos de vehículos comienzan a circular por las rutas de su país, haya implicancias para la seguridad nacional.
“Ya sea que hablemos de hardware o software, de la misma manera que existen preocupaciones sobre las telecomunicaciones o TikTok, existen preocupaciones sobre las tecnologías de transporte”, explicó Buttigieg en una entrevista con Reuters.
En paralelo, una carta enviada por varios legisladores estadounidenses admitió que los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) son la clave para “reducir e incluso eliminar las muertes por accidentes de tráfico”.
“Pero los estadounidenses no se beneficiarán de la promesa de traer futuros vehículos autónomos (AV) si Estados Unidos continúa con su actual trayectoria de inacción. China ya está llenando el vacío para establecer estándares globales, cadenas de suministro e implementar la tecnología por su cuenta”, agregaron los autores de la carta, Tim Walberg, Debbie Dingell, Bob Latta y Marc Veasy.
Algunas de las cuestiones que mayor preocupación generan son los radares, cámaras y otras herramientas de inteligencia artificial que estos vehículos tienen y que podrían utilizarse para recopilar datos sobre ciudadanos estadounidenses e infraestructura que podrían compartirse con China.
“La enorme cantidad de datos que recopilan estos automóviles podría darle al PCCh una posición ventajosa sin precedentes en los Estados Unidos”, explicaron los legisladores, quien sentenciaron que “China tiene fuertes restricciones a las empresas de vehículos autónomos de EE. UU. que operan o prueban en China. Nos preocupa que estemos cediendo una importante ventaja estratégica al no prohibir a cambio que las empresas chinas operen en EE. UU.”.
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