Un estudio recientemente publicado en Nature describe una extraña señal de radio semirregular que ha sido observable desde la Tierra durante al menos 35 años.
Sus propiedades son similares a las de algunos de los objetos más extremos del universo conocido, pero no se lo puede asociar perfectamente con ninguno de ellos.
El objeto fue llamado GPM J1839-10 y los científicos lo descubrieron mientras observaban el espacio en busca de señales transitorias, es decir señales de radio que aparecen y desaparecen brevemente.
Por ejemplo, uno de los tipos más conocidos son las estrellas de neutrones que se crean cuando las reacciones de fusión cesan en el centro de estrellas extremadamente masivas.
Esto hace que se colapse por su propio peso en un objeto del tamaño de una ciudad, pero millones de veces más pesado que un planeta. Por ello, su densidad está en el límite de convertirse en un agujero negro.
Estos objetos emiten haces de ondas de radio extremadamente fuertes desde sus polos magnéticos, que parecen parpadear o “pulsar” muy rápido cuando se observan desde la Tierra debido a la rápida rotación de la estrella.
Pero el problema con el GPM J1839-10 es que su ritmo es mucho más lento: su señal se repite aproximadamente cada 22 minutos, mientras que cada ráfaga dura entre 30 segundos y 5 minutos. Por su parte, los púlsares tradicionales pueden girar cientos de veces por segundo.
Además, otra cuestión que ha llamado la atención de los científicos es que el patrón de esta fuente ha aparecido constantemente en archivos de radio que se remontan, al menos, a 1988.
Los últimos documentos que mencionan el GPM J1839-10 sugieren que podría ser un tipo de magnetar, otro tipo de estrella de neutrones que emite el tipo de campo magnético más poderoso del universo (unas 1.000 veces más fuerte que una estrella de neutrones típica).
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