Hasta donde sabemos, nadie ha tenido relaciones sexuales en el espacio, pero eso podría cambiar pronto. Ahora algunos investigadores argumentan que necesitamos convertir el estudio de la intimidad y la sexualidad extraterrestre, también conocido como “sexología espacial” o “astrosexología”, en una prioridad.
En un nuevo estudio publicado el 14 de julio en la revista Current Sexual Health Reports, los autores Simon Dubé, investigador del Instituto Kinsey, y Maria Santaguida, candidata a doctorado en la Universidad de Concordia, examinaron todas las investigaciones sobre sexualidad en el espacio en los últimos cinco años y concluyeron que la sexualidad en el espacio necesita urgentemente más atención e investigación.
“Existe una nociva idea equivocada de que la investigación en sexología espacial no es urgente o importante”, dijo Dubé a Insider. “En este momento, las organizaciones espaciales parecen estar esperando a que surjan problemas en lugar de asegurarse proactivamente de tener el conocimiento necesario para permitir la expresión segura y plena del erotismo humano en el espacio. Esto debe cambiar ahora”.
El sexo en el espacio será crucial si queremos convertirnos en una especie multiplanetaria. Aunque aún nadie ha tenido relaciones sexuales en el espacio, esta función humana básica debe ser considerada si los humanos quieren convertirse en “una especie multiplanetaria completamente independiente de la Tierra”, dijo Santaguida.
Algunos aspectos del espacio, como la radiación y los cambios en la gravedad, podrían hacer que el sexo y la reproducción sean muy desafiantes para las personas, señalaron los investigadores. Además, está “el estrés de vivir en un ambiente aislado, confinado y extremo con un número limitado de personas durante un período prolongado de tiempo”, dijo Dubé. Todos estos problemas, argumenta, deben abordarse para que podamos vivir entre las estrellas.
En última instancia, el sexo es esencial para la salud humana. “Más allá de sus beneficios para la salud y las relaciones, las actividades sexuales podrían ayudar a las personas a vivir felizmente en el espacio y normalizar la vida espacial”, señalaron Dubé y Santaguida en el artículo.
El sexo en el espacio vendrá con algunos desafíos logísticos. Los mecanismos para tener relaciones íntimas en el espacio podrían ser difíciles cuando no hay gravedad y requerirán experimentación. Un ejemplo es la innovación llamada 2suit de Vanna Bonta, un ingenioso dispositivo que permite a las parejas unirse con velcro y cremalleras para tener sexo. Pero evitar que la pareja flote mientras están teniendo relaciones sexuales no es el único problema.
La falta de gravedad también podría afectar la fisiología del sexo. Existe evidencia de que las personas con penes aún pueden tener erecciones en el espacio, pero los cambios en el entorno podrían crear desafíos adicionales con la excitación, la lubricación y el flujo sanguíneo.
Incluso los juguetes sexuales necesitan ser adecuados para el espacio. En el artículo, los autores aconsejan que “estos productos deben ser ligeros, discretos, de fácil limpieza y producir poca o ninguna basura”.
Aunque el sexo en el espacio aún no ha sucedido, eso podría cambiar pronto. Santaguida dijo que es “difícil decir” si las personas tendrán relaciones sexuales en el espacio en un futuro cercano, “pero con el rápido advenimiento del turismo espacial, como vuelos comerciales al espacio, estaciones orbitales y hoteles espaciales, el tiempo corre”. Ante esto, Dubé señala que “la falta actual de investigación en humanos fue inesperada y extremadamente preocupante”.
La falta de investigación sobre el tema podría deberse a muchas razones, como “normas sexuales conservadoras, la falta de deseo de gastar dinero de los contribuyentes o inversores en temas relacionados con el sexo, o simplemente que este tema no se consideró una prioridad en el pasado”.
Insider también mencionó que la NASA parecía ser un tanto “puritana” sobre el tema en 2016.
Sin embargo, la actitud de la NASA puede estar cambiando. En 2022, la NASA dijo a MIC.com que “si se identificara una necesidad futura de un estudio más profundo sobre la salud reproductiva en el espacio, la NASA tomaría las medidas adecuadas”.
Santaguida y Dubé argumentan que, sin lugar a dudas, estudiar el sexo y la reproducción en el espacio es fundamental. Según Santaguida, “el futuro de nuestra civilización que viaja por el espacio depende de la sexología espacial”
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