Tras un ensayo de motor del Tronador, que permitió obtener parámetros fundamentales de cara al diseño definitivo del sistema de propulsión que tendrá el lanzador, Daniel Filmus, ministro de Ciencia, Tecnología y Ciencia, confirmó que “Argentina busca completar el ciclo espacial”.
La prueba se realizó en el predio de la empresa de ingeniería Valthe, en General Ordoñez, provincia de Córdoba, y contó con la presencia del ya mencionado Filmus, del Director Ejecutivo y Técnico de la CONAE, Raúl Kulichevsky; y del Presidente de la empresa VENG, contratista principal del proyecto, Marcos Actis.
“Es la primera vez que llegamos a este punto del Plan Nacional Espacial en el proyecto de desarrollar vehículos lanzadores. La recuperación del plan espacial estratégico es con la perspectiva de poder tener durante esta década la plataforma de lanzamiento y el lanzador propio aquí en Argentina”, explicó Filmus tras presenciar la prueba.
“Argentina pasaría a completar todo el ciclo espacial. No solo la fabricación de los satélites, sino también el lanzador propio, teniendo la plataforma de lanzamiento, que a su vez va a permitir vender la capacidad de lanzamiento a otros países, especialmente para aquellos que quieren lanzar en órbita polar, pudiendo elegir la ubicación nuestra desde el Centro Espacial Manuel Belgrano, cercano a Bahía Blanca”, agregó.
Además, el ministro consideró que así “Argentina podrá exportar tecnología, como hacen ahora unos pocos países que, con su propio territorio, su propia plataforma de lanzamiento y su propio lanzador, pueden lanzar satélites de porte mediano o pequeño, como en este caso”.
Si el proyecto es exitoso, Argentina se convertirá en el único país de América Latina con capacidad de fabricar satélites y, además, de lanzarlos.
Actualmente existe un Centro Espacial en la Guyana Francesa, aunque fue instalado por otros países: conocido formalmente como Puerto Espacial de Kourou, fue construido por el Centro Nacional de Estudios Espaciales y, desde allí, fue lanzando el satélite ARSAT-1 en 2014.
Por otra parte, Kulichevsky consideró que “estos ensayos son de vital importancia porque la parte de propulsión, el desarrollo de los motores y la turbobomba son el corazón del vehículo lanzador (…) El ensayo que llevamos adelante fue sumamente exitoso. Estamos muy satisfechos con los resultados, que validan todos los procesos de diseño y fabricación que venimos desarrollando”.
En este sentido, Actis explicó que “este ensayo es un hito trascendental para el desarrollo de la propulsión del vehículo. Ahora estamos en condiciones de ensayar el motor definitivo de segunda etapa del Tronador II-250 y que también será utilizado por el Tronador II-70 a lanzarse a fines de 2025 o principios de 2026″.
El ensayo de motor
Como explicaron desde el gobierno, lo que se probó en este ensayo “fue el diseño y performance de una pieza clave en el desarrollo de la propulsión líquida que se denomina “liner” o “tobera”, y que funciona como cámara de combustión del motor”.
“La pieza se fabricó con una aleación de cobre especial, a una escala menor a la que tendrá el tamaño definitivo y que habrá incorporado todos los parámetros e indicadores arrojados por el ensayo. Dentro de esa pieza, a partir del uso de inyectores de flujo rotatorios o también conocidos como “swirl”, se atomiza, mezcla, enciende y queman los propelentes que, en este caso, son kerosene de uso espacial y oxígeno líquido. El resultado de esa combustión es el disparo de fuego que tiene, en el caso del ensayo realizado este martes 1 de agosto, instancias con distintas duraciones: 15, 30 y 100 segundos”, agregaron.
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