El SABIA-Mar es un satélite ciento por ciento de fabricación nacional. Conocido formalmente como “Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar”, tendrá un peso aproximado de 700 kilos y una envergadura de 9 metros.
Actualmente, está siendo desarrollando en el marco del Plan Nacional Espacial de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y formará parte de una misión de Observación de la Tierra con aplicaciones prioritarias en el estudio del mar y las costas. Se enfocará en la observación de los mares a nivel global, especialmente en las regiones costeras de la Argentina y Sudamérica, hasta los 650 km mar adentro, además de incluir a las aguas interiores.
En este sentido, se espera que el satélite brinde información valiosa para los ámbitos científico, productivo y de toma de decisiones: su objetivo es proveer datos y productos para el estudio de la productividad primaria del mar, los ecosistemas marinos, el ciclo del carbono, la dinámica de las aguas costeras, el manejo de recursos pesqueros y la calidad del agua en costas y estuarios.
En este sentido, a partir de la órbita seleccionada, será posible obtener una revisita de dos días tanto en el escenario regional (sobre las costas nacionales) como en el escenario global, con una resolución espacial de 200 m y 800 m, respectivamente.
Avanza la construcción del SABIA-Mar
La misión avanza en su fase constructiva tras superar, en abril de este año, la Revisión Crítica de Diseño (MCDR, por sus siglas en inglés), que constituye uno de los hitos más relevantes del proyecto.
El satélite está en construcción en Argentina, con la participación de instituciones públicas y empresas del sistema científico y técnico nacional, como INVAP, VENG, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la Universidad de La Plata (UNLP), IMER y Ascentio, entre otros.
Su puesta en órbita está prevista para inicios de 2025 y, en principio, será usado por el sistema de ciencia y tecnología nacional, además de otros organismos regionales e internacionales, incluyendo al CONICET y el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, entre otros.
La misión va a formar parte de “Pampa Azul”, una iniciativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación para promover el conocimiento científico, el desarrollo tecnológico y la innovación productiva en el Atlántico Sur.
Recientemente, se comenzaron a realizar las primeras pruebas sobre paneles solares: el Centro Espacial Teófilo Tabanera (CETT) de la CONAE, en Córdoba, recibió los paneles que llevará a bordo el SABIA-Mar, y ya avanza en un ensayo de ciclado térmico en vacío junto a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y a las empresas VENG e INVAP para someter el equipamiento a las temperaturas y a la presión a las que estará expuesto en el espacio.
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Otro gran proyecto tecnológico de importancia extrema. La clase política tiene que entender que estos proyectos son fundamentales para nuestro desarrollo y soberanía. Hay que apoyarlos y defenderlos.