Como si se repitiera la carrera espacial del siglo XX, las agencias de contrainteligencia de Estados Unidos advirtieron a la industria espacial local que se cuide de los esfuerzos de entidades extranjeras que roban secretos comerciales y de investigación para impulsar los programas espaciales de sus propios países.
“Anticipamos amenazas crecientes para este sector floreciente de la economía estadounidense”, dijo a Reuters un funcionario de contrainteligencia estadounidense, quien agregó que “China y Rusia se encuentran entre las principales amenazas de inteligencia extranjera para la industria espacial nacional”.
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI), el Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad (NCSC) y la Oficina de Investigaciones Especiales de la Fuerza Aérea (AFOSI) emitieron un boletín de dos páginas en el que explicaron que entidades extranjeras no especificadas estaban utilizando ataques cibernéticos y técnicas, como inversión estratégica a través de empresas conjuntas y adquisiciones, para obtener acceso a la industria espacial estadounidense.
La publicación se da a conocer en un momento en el que EE.UU. ha dejado más claro que nunca que su prioridad es enviar seres humanos a la Luna y Marte antes que China y Rusia, y por ello está gastando miles de millones de dólares en el desarrollo de nuevos cohetes y otras tecnologías.
Justamente, fue Bill Nelson, Administrador de la NASA, quien hace un par de semanas confirmó que EE.UU. está enfrentándose a China y Rusia en una nueva carrera espacial. Estados Unidos advirtió este año que China busca igualarlo o superarlo como líder en el espacio para 2045.
El documento instó a las empresas a que estén en guardia ante las solicitudes de visitas a las instalaciones y los intentos de recopilar información confidencial en las conferencias.
También dijo que los empleados individuales estaban en riesgo de esfuerzos de reclutamiento a través de ofertas de viajes al extranjero o trabajo de consultoría y pago por información de propiedad.
Por ello, se le recomendó a las compañías que se pongan en contacto con el FBI o AFOSI ante cualquier preocupación de ser un objetivo, así como a rastrear “incidentes peculiares”.
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