Desde hace años, los ciberataques ya son más que habituales, y prueba de ello es que hospitales, escuelas, organizaciones benéficas e incluso municipios han sido blanco de estas actividades maliciosas.
Pero ahora, parece que los atacantes están subiendo de nivel, ya que están buscando en el espacio exterior nuevos sistemas para intentar comprometerlos.
La semana pasada, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, en coordinación con el FBI, el Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad y la Oficina de Investigaciones Especiales de la Fuerza Aérea, emitieron una advertencia sobre el aumento de los intentos de atacar tanto a los satélites en órbita como a la propiedad intelectual de empresas que desarrollan tecnologías espaciales.
La advertencia llegó apenas un mes después de que tres equipos en la convención DEF CON 23, en Las Vegas, lograron piratear un satélite gubernamental en órbita.
Esos ataques se llevaron a cabo con el pleno permiso del gobierno como parte de la competencia Hack-A-Sat de la Fuerza Espacial de EE. UU.
Tres de los equipos que lograron violar la seguridad del satélite en órbita recibieron hasta US$ 50.000 en premios por demostrar cómo se podía llevar a cabo un ataque de este tipo.
Además de la piratería, la reciente advertencia señala que también se están utilizando otras tácticas menos técnicas para intentar comprometer o robar información sobre las tecnologías espaciales estadounidenses.
La advertencia afirma que “las entidades de inteligencia extranjeras (EIE) utilizan ataques cibernéticos, inversiones estratégicas (incluidas empresas conjuntas y adquisiciones), ataques a nodos clave de la cadena de suministro y otras técnicas para obtener acceso a la industria espacial estadounidense”.
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