El pasado 14 de septiembre, la Fuerza Espacial de Estados Unidos concretó con éxito su misión “Victus Nox”, la cual buscaba lanzar un satélite dentro de las 48 horas posteriores ha haber recibido el pedido.
El vehículo de lanzamiento Alpha, de Firefly Aerospace, llevó un pequeño satélite construido por Millennium Space Systems, filial de Boeing, a la órbita terrestre baja para proporcionar datos de concienciación del dominio espacial.
Al respecto, Bill Weber, director ejecutivo de Firefly, consideró que esto abrió la puerta a plazos de lanzamiento más rápidos en el futuro.
“Nada de lo que hicimos hace una semana y media estuvo limitado por el tamaño de la tecnología, ya sea carga útil o vehículo de lanzamiento. No hay ninguna razón por la que lo que acabamos de hacer no pueda suceder en una plataforma de lanzamiento mucho más grande con una carga útil mucho mayor”, explicó Weber.
La Fuerza Espacial tenía como objetivo comenzar a operar el satélite dentro de las 48 horas posteriores al lanzamiento, y los funcionarios dijeron que lo lograron con éxito en 37 horas.
Victus Nox es parte del esfuerzo de la Fuerza Espacial para lograr un “espacio tácticamente receptivo”, anteriormente conocido como Espacio Operacionalmente Responsivo, que le dará al Pentágono la capacidad de responder rápidamente a amenazas en el espacio o aumentar un sistema espacial estadounidense degradado o destruido.
“Lo que hemos demostrado aquí con esta misión Victus Nox y lo que estamos tratando de demostrar a través del espacio tácticamente receptivo es ser capaces de responder a esas amenazas, ya sea simplemente caracterizando algo o si es necesario aumentar nuestras capacidades, y en realidad sólo estamos tratando de cumplir con ese cronograma extremadamente corto para esos diferentes tipos de misiones”, explicó el teniente Coronel MacKenzie Birchenough, líder de material del Space Safari del Space Systems Command.
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