La Inteligencia Artificial ya es una realidad y prueba de ello es que este miércoles comenzará en el Reino Unido la primera cumbre mundial al respecto.
Impulsada por el primer ministro británico Rishi Sunak, la cumbre buscará advertir sobre los peligros que implica desarrollar la IA sin normas globales que la regulen.
Una nueva carrera
Pero, aunque la iniciativa es más que necesaria, la carrera por la IA ya ha comenzado: el ejército estadounidense la está utilizando para optimizar todo, desde el mantenimiento de equipos hasta las decisiones presupuestarias.
Los analistas de inteligencia confían en la IA para escanear rápidamente montañas de información e identificar patrones relevantes que les permitan tomar mejores decisiones y hacerlo más rápido.
Y, en el futuro, se espera que la IA también cambie la forma en que Estados Unidos y sus adversarios luchen en el campo de batalla. En resumen, la IA ha desencadenado una revolución en la seguridad que apenas está comenzando.
Por ello, muchos adviertan sobre los peligros que esto implica. Sin embargo, detener el progreso de la IA en Estados Unidos es imposible ya que los fundamentos matemáticos de la IA son omnipresentes, las habilidades humanas para crear modelos de IA han proliferado ampliamente y los impulsores de la investigación y el desarrollo de la IA (tanto la creatividad humana como el beneficio comercial) son muy poderosos.
A esto se suma que China ya está trabajando para superar a Estados Unidos en IA, particularmente cuando se trata de aplicaciones militares.
En este sentido, si tiene éxito, Beijing poseería un ejército mucho más poderoso, potencialmente capaz de aumentar el ritmo y el efecto de sus operaciones más allá de lo que Estados Unidos puede igualar.
Así, la capacidad de China para utilizar la guerra cibernética y electrónica contra las redes e infraestructuras críticas de Estados Unidos también se vería peligrosamente mejorada. Por lo tanto, el Pentágono necesita acelerar, no frenar, su adopción de una IA responsable.
Algunos problemas
Actualmente, el gobierno estadounidense todavía tiene dificultades para adoptar tecnologías innovadoras como la IA con rapidez y a gran escala.
Por ejemplo, no emplea suficientes profesionales con la experiencia técnica necesaria para probar, evaluar, adquirir y gestionar productos de IA. Además, todavía está construyendo la infraestructura informática y de datos necesaria para respaldar grandes modelos.
A esto se suma que carece de la financiación flexible necesaria para tomar rápidamente los prototipos de IA más prometedores y ampliarlos en todas las agencias.
Y como si esto fuese suficiente, todavía tiene que desarrollar los procesos y plataformas de prueba y evaluación necesarios para garantizar que cualquier IA integrada en los sistemas militares sea segura y confiable.
Además, aunque la creación de una Oficina Principal de Inteligencia Digital y Artificial en el Departamento de Defensa fue un hito importante, el Congreso aún tiene que proporcionar a esta oficina los recursos que necesita para impulsar la adopción responsable de la IA en todo el establishment de la defensa.
En este sentido, para garantizar que las aplicaciones de defensa de la IA sean seguras y exitosas, el Pentágono necesitará reforzar aún más las barreras de seguridad de la IA, agregar nuevo personal técnico y desarrollar nuevas formas de probar y adquirir IA.
(*) Con información de Foreign Affairs
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