Según la NASA, los anillos de Saturno ya no podrán observarse desde la Tierra a partir de 2025, aunque eso no significa que el planeta vaya a perderlos.
En realidad, lo que sucederá es que los aros se volverán alineados, o “edge-on”, debido a la rotación en su eje, haciéndolos esencialmente invisibles desde nuestro planeta, algo que ocurrió por última vez en 2009.
Este fenómeno se produce aproximadamente cada 13 a 15 años, como consecuencia de que el planeta rota en un eje inclinado de 26.7 grados. Por lo tanto, cuando los anillos se ven de canto, reflejan muy poca luz y son muy difíciles de observar.
Estos anillos están formados por partículas de hielo de agua con un tamaño que varía desde pequeños granos hasta enormes bloques, a lo que se suman polvo y rocas.
Pero los aros, que brillan debido al reflejo de la luz del Sol, no son tan grandes como se cree, ya que solo alcanzan una altura vertical de 9 metros. Y justamente es por esta delgadez que, cuando se ven perfectamente desde el lateral (de canto), resulta casi imposibles observarlos, generando la ilusión de que han desaparecido.
Se cree que fue Galileo Galilei la primera persona en observar a Saturno a través de un telescopio en 1610, aunque fue Christiaan Huygens, en 1655, quien finalmente detalló que tenía anillos a su alrededor.
Según los científicos, los aros probablemente se formaron hace unos 100 millones de años, lo que es relativamente reciente para el espacio.
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