En un mundo donde la inteligencia artificial (IA) avanza a pasos agigantados, los esfuerzos para regular esta tecnología despiertan un escenario complejo. Desde Bruselas hasta Washington, legisladores y reguladores buscan controlar una tecnología que promete transformar el mercado laboral y contribuir a la propagación de desinformación. Sin embargo, la falta de consenso global crea un panorama regulatorio fragmentado y confuso.
La carrera por regular la inteligencia artificial se intensifica, con legisladores y reguladores de distintas partes del mundo buscando controlar una tecnología que se mueve más rápido de lo que pueden seguir. A continuación, exploramos algunas de las estrategias adoptadas y los desafíos que enfrenta la regulación de la IA.
Legislación basada en riesgos en Europa
La Unión Europea, a través de la Ley de Inteligencia Artificial, propone una regulación proporcional al riesgo asociado con cada herramienta de IA. Categorizando las herramientas en niveles de riesgo inaceptable, alto, limitado y mínimo, se busca imponer restricciones más estrictas a aquellas consideradas más peligrosas. Desde sistemas de clasificación social hasta reconocimiento facial en tiempo real, se prohíbe el uso de herramientas de riesgo inaceptable, mientras que aquellas de riesgo mínimo, como filtros de correo basura, tienen regulaciones más flexibles.
Códigos de conducta voluntarios en Estados Unidos
El gobierno del presidente Joe Biden ha permitido que empresas líderes en IA apliquen controles voluntarios centrados en riesgos de seguridad. Compromisos como pruebas de terceros, investigación de sesgo y privacidad, y desarrollo de herramientas para abordar desafíos sociales, forman parte de estos códigos de conducta. Este enfoque busca encontrar un equilibrio entre la regulación y la flexibilidad necesaria para fomentar la innovación.
Legislación de Estados Unidos basada en tecnología
Aunque el Congreso de EE. UU. aún no ha presentado una regulación integral, se exploran propuestas centradas en la producción y despliegue de sistemas de IA. Proyectos incluyen la creación de una agencia similar a la FDA para establecer estándares, autorizar licencias y supervisar a los proveedores de IA. Mientras algunos sugieren al Instituto Nacional de Estándares y Tecnología como supervisor, otros buscan regular aspectos como derechos de autor y seguridad electoral.
China y regulaciones ágiles
Desde 2021, China ha tomado medidas rápidas para regular algoritmos, contenido sintético y IA generativa. Prohibiendo la discriminación de precios por algoritmos de recomendación en las redes sociales y exigiendo la identificación del contenido sintético generado por IA, estas normas buscan controlar el discurso. Las regulaciones para la inteligencia artificial generativa, como los chatbots, imponen la condición de que los datos y contenido sean “ciertos y precisos”, una medida vista por algunos como intento de censura.
Cooperación global
Expertos señalan la necesidad de colaboración global para una regulación efectiva de la IA. Propuestas como la creación de una agencia internacional al estilo de la Agencia Internacional de Energía Atómica han surgido, pero superar desconfianzas geopolíticas y competencias económicas sigue siendo un desafío crucial.
La regulación de la inteligencia artificial se configura como un desafío inminente y crucial para salvaguardar el equilibrio entre la innovación tecnológica y la ética global.
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Fuente: The New York Times