Este jueves, la empresa china Orienspace lanzó con éxito el cohete más potente desarrollado por el sector privado chino: el Gravity-1 despegó desde un barco, frente a la costa de la provincia oriental de Shandong, y puso en órbita tres satélites de teledetección.
Fundada en 2020, por veteranos de las agencias espaciales estatales de China, Orienspace había previsto el primer lanzamiento de Gravity-1 para la segunda mitad de 2023.
Según la startup, el cohete tiene la capacidad de enviar una carga útil de hasta 6.500 kg a la órbita terrestre baja, lo que lo convierte en el vehículo de lanzamiento más potente desarrollado por una empresa privada china.
Además, Gravity-1 puede poner en órbita hasta 30 satélites en un solo lanzamiento, mientras que la compañía dice tener la capacidad de organizar un lanzamiento en menos de siete días y, en algunos casos, en tan sólo 24 horas.
Y como si esto no fuese suficiente, gracias a poder despegar desde una plataforma marítima móvil, Gravity-1 incrementa el número de posibles sitios de lanzamiento.
Respecto a esto último, los lanzamientos desde el mar reducirían el riesgo de que las etapas de los cohetes pongan en peligro las zonas habitadas cuando caigan a la Tierra.
Por lo tanto, todo esto allana el camino para más lanzamientos comerciales chinos, un ámbito que históricamente ha estado dominado por las agencias estatales del Gigante Asiático.
En esta línea, el año pasado el director general de Orienspace dijo que la empresa ya había conseguido pedidos para el lanzamiento de cientos de satélites.
Con el vuelo inaugural de Gravity-1, Orienspace se convirtió en la quinta empresa privada china en operar su propio cohete, después de i-Space, Galactic Energy, Space Pioneer y LandSpace.
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