El módulo de aterrizaje Peregrine, que buscaba convertirse en la primera nave estadounidense en llegar a la Luna desde 1972, se acerca a su final.
Peregrine fue lanzada el pasado 8 de enero, pero, como consecuencia de una fuga de combustible, la nave tuvo que descartar su objetivo de llegar a la Luna.
Por ello, ahora su fabricante Astrobotic y la NASA han decidido estrellar la nave contra la atmósfera de la Tierra para “no crear escombros en el espacio”.
Actualmente, Peregrine se encuentra a 390.000 kilómetros de la Tierra y se estima que impactará el jueves 18 de enero contra el escudo terrestre, probablemente al norte de Australia.
¿Por qué se destruirá la nave?
Según la propia Astrobotic, “si bien creemos que es posible que la nave espacial funcione durante varias semanas más y podría haber elevado la órbita para no tocar la Tierra, debemos tener en cuenta el estado anómalo del sistema de propulsión y utilizar la capacidad a bordo del vehículo para finalizar la misión de forma responsable y segura”.
“No creemos que el reingreso de Peregrine represente riesgos para la seguridad y la nave espacial se quemará en la atmósfera de la Tierra”, agregaron.
Aún no se sabe que causó la fuga de combustible. Por ello, durante la mayor parte de su misión, el módulo fue controlado únicamente por sus propulsores de control de actitud, que son pequeños motores montados en el costado de Peregrine diseñados para mantener la estabilidad o realizar movimientos de precisión.
Se espera que Astrobotic y la NASA brinden más actualizaciones sobre la misión durante una conferencia de prensa este mismo jueves a las 12 p.m. ET.
Algunos éxitos
Pese a no cumplir su principal objetivo, Peregrine pudo encender algunos de los instrumentos científicos y otras cargas útiles que tenía a bordo.
Por ejemplo, dos de las cinco cargas útiles de la NASA, el sistema de espectrómetro de neutrones y el espectrómetro de transferencia lineal de energía, pudieron recopilar datos sobre los niveles de radiación en el espacio.
Así, aunque la NASA esperaba tomar esas mediciones en la superficie lunar, los funcionarios de la agencia espacial indicaron que los datos aún eran valiosos.
Además, Peregrine pudo activar un nuevo sensor, desarrollado por la NASA, que fue diseñado para ayudar a la nave espacial a aterrizar en la Luna: conocido como Navegación Doppler Lidar, utiliza láseres y el efecto Doppler (que emplea la frecuencia de las ondas para medir la distancia) para realizar navegaciones de precisión.
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