Recientemente, un artículo publicado en la revista de noticias británica The Spectator sugirió que el telescopio James Webb de la NASA podría haber descubierto vida extraterrestre.
Titulado “¿Acabamos de descubrir extraterrestres?”, el artículo decía que era posible que estemos a punto de obtener “pruebas sólidas” de una firma biológica en un exoplaneta distante.
Incluso, se citó al astronauta británico Tim Peake, quien aseguró que James Webb había encontrado evidencia de vida extraterrestre, pero “no quieren publicar ni confirmar esos resultados hasta que puedan estar completamente seguros”.
Sin embargo, el astrofísico Jonathan O’Callaghan consideró que las afirmaciones de The Spectator eran poco probables por varias razones: “JWST no está observando ningún planeta rocoso con suficiente detalle como para poder encontrar biofirmas”.
“Los únicos planetas que hemos comenzado a investigar de esta manera son los planetas enanos rojas de TRAPPIST-1, pero sólo los planetas más internos, que tienen poca o ninguna atmósfera”, agregó.
Además, otra cuestión importante a tener en cuenta es que ninguna de las personas citadas por The Spectator eran astrobiólogos ni tienen experiencia particular en la búsqueda de vida más allá de la Tierra.
“Y quisiera señalar amablemente que ninguna de las tres personas citadas, dos de las cuales son colegas cercanos, afirmaría ser experta en atmósferas o astrobiología”, agregó al respecto el astrónomo y autor de Oxford, Chris Lintott.
Pero más allá de esta cuestión, también es cierto que el James Webb ya podría haber proporcionado datos que, si la investigación lo confirma, sugerirían una firma biológica extraterrestre real.
En este sentido, se pueden destacar las observaciones realizadas a finales del año pasado del planeta oceánico “hycean”, denominado K2-18b, a unos 120 años luz de la Tierra y situado en la “zona habitable” de su estrella. Allí, el observatorio encontró evidencia de sulfuro de dimetilo, que aquí en nuestro planeta solo es producido por organismos vivos.
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