El pasado 8 de enero, se llevaron a cabo ensayos del motor RS-2, fabricados por la empresa VENG para la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), en las instalaciones del Centro Espacial Teófilo Tabanera, ubicado en la provincia de Córdoba, de la agencia espacial argentina.
En primer lugar, se efectuó un disparo de 10 segundos para confirmar que todos los parámetros operativos se encontraran dentro de los límites nominales.
Luego, se realizó un segundo disparo (el principal) con un tiempo duración de 135 segundos, el cual cumplió con la performance esperada.
Además, las pruebas permitieron probar el “Banco de Ensayos BPM4K”, que ahora podrá ser utilizado para futuras evaluaciones del motor RS-3.
Por su parte, el motor RS-2 es una pieza fundamental del Proyecto Tronador, es un prototipo del motor que va a impulsar la segunda etapa del cohete Tronador II-250: mientras que la primera etapa se enfoca en alcanzar altitudes y superar la resistencia atmosférica, la segunda se beneficiará del motor mencionado para continuar con la trayectoria y cumplir con los objetivos de misión.
En diálogo exclusivo con Espacio Tech, Daniel Rocca, Gerente de Acceso al Espacio de la CONAE, explicó que, antes de estas pruebas, “primero chequeamos un inyector del modo aislado y ese modelo de motor pequeño se llamó RS1”.
“Después, nos abocamos a trabajar para hacer los ensayos del RS-2, que es el motor de cinco inyectores, lo que representó un importante progreso en cuanto a complejidad”, agregó.
Rocca se encargó de destacar que “el nuevo modelo del Tronador II, que hemos propuesto en los últimos años, es un vehículo que sigue siendo de 2 etapas, pero tuvo un cambio fuerte en cuanto a que ahora todo el vehículo utiliza oxígeno líquido y queroseno, lo que hace que sea más amigable con el medio ambiente y mucho más económico a la hora del desarrollarlo”.
Por ello, ya probado el éxito del motor con cinco inyectores, Rocca consideró que el gran objetivo para este año “es probar el motor de segunda etapa completo, que tiene 36 inyectores, en marzo, mientras que la prueba del motor completo, que es cuando está integrado junto a la bomba, recién se realizaría en 2025”.
También reiteró que “el Tronador II está planificado para fines de esta década. Sin embargo, el presupuesto aprobado para este año es el mismo que el del año pasado. Por lo tanto, vamos a tener que enfocar muy bien los recursos y, dependiendo de cómo avance la situación, podría haber retrasos”.
En este sentido, dijo que el objetivo es lanzar el Tronador II-70 a principios de 2026, si el presupuesto lo permite, aunque la meta principal sigue siendo “llegar al espacio con eficiencia con un sistema eficiente de propulsión”.
“La eficiencia en un lanzador se tiene que medir en la segunda etapa. Obviamente, todo el sistema importa. Pero donde hay que prestar más atención es a la segunda etapa. La primera tiene que acompañar, porque tiene que llevar esa segunda etapa hasta más o menos los 100 km altura, que es cuando se enciende la segunda”, agregó.
Por último, Rocca se refirió a la posibilidad de que el Tronador II sea reutilizable: “se quiere recuperar la primera etapa, pero todavía no reutilizar porque no tenemos tantos años de desarrollo en esta tecnología como para pretender hacer lo que hacen otros países, desde la primera versión.
“Aunque el objetivo a largo plazo es que el Tronador II sea reutilizable, primero debemos recorrer un largo camino que implica poner una carga útil, aunque sea pequeña inicialmente, en órbita”, sentenció.
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