El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) se encuentra en un túnel de 17 millas bajo tierra cerca de Ginebra, Suiza. Empezó a funcionar en 2008 y logró sus primeras colisiones de partículas de alta energía en 2010.
El artefacto puede acelerar partículas subatómicas hasta casi la velocidad de la luz, antes de estrellarlas entre sí, y, gracias a esto, descubrió la llamada “partícula de Dios”, el bosón de Higgs, que permitió a los investigadores comprender mejor de dónde obtiene su masa la materia.
Sin embargo, todavía no ha podido descubrir más sobre los secretos de la materia y la energía oscuras, fuerzas y partículas poco conocidas que permitirían a los científicos comprender mejor el universo.
Por ello, ahora hay una nueva propuesta por parte del CERN (la Organización Europea para la Investigación Nuclear) y otros países para desarrollar una maquina con mayores capacidades que el LHC.
Este Futuro Colisionador Circular (FCC), que muchos consideran como el sucesor gigante del LHC, comenzaría a construirse en la década de 2040 y tendría una circunferencia de más de 90 kilómetros.
Su valor rondaría los 17.000 millones de euros y su objetivo es “ampliar las fronteras de energía e intensidad de los colisionadores de partículas”.
La directora general del CERN, la profesora Fabiola Gianotti, detalló que “es una herramienta que permitirá a la humanidad dar enormes pasos hacia adelante en la respuesta a preguntas de física fundamental sobre nuestro conocimiento del universo. Y para hacer eso, necesitamos un instrumento más poderoso”.
Según CERN, el FCC consumiría tanta energía como una “ciudad de tamaño mediano”, aunque utilizaría “sólo una sexta parte de la energía que sus rivales más intensivos necesitarían para lograr los mismos objetivos físicos”.
Además, su huella de carbono sería “sólo el 1% de la alternativa más contaminante”, aunque eso sería suficiente para descubrir secretos del 95% del universo.
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