En un mundo donde la tecnología armamentística avanza a pasos agigantados, las armas láser de alta energía están emergiendo como una nueva y poderosa herramienta en el arsenal de las naciones. Estas armas, que antes eran únicamente una fantasía de la ciencia ficción, están siendo rápidamente desarrolladas por ejércitos de todo el mundo para misiones militares en tierra, mar, aire y espacio.
Las visiones de enjambres de drones baratos llenando los cielos o surcando las olas han motivado a los ejércitos a buscar alternativas a los costosos y potencialmente abrumados sistemas de defensa basados en misiles. Las armas láser de alta energía representan una respuesta prometedora a estas amenazas emergentes.
El funcionamiento de las armas láser
Un láser utiliza electricidad para generar fotones, o partículas de luz. Estos fotones pasan a través de un medio de ganancia, un material que crea una cascada de fotones adicionales, aumentando rápidamente su número. Todos estos fotones se enfocan en un haz estrecho y preciso por un director de haz.
Los sistemas láser de alta energía que están encontrando aplicaciones militares se basan en láseres de estado sólido que utilizan cristales especiales para convertir la energía eléctrica de entrada en fotones. Un aspecto clave de estos láseres de alta potencia es que los fotones se crean en la parte infrarroja del espectro electromagnético, lo que los hace invisibles al ojo humano.
Cuando el haz láser interactúa con una superficie, genera diferentes efectos según la longitud de onda de los fotones, la potencia en el haz y el material de la superficie. Los láseres de baja potencia se utilizan como fuentes de luz para punteros y espectáculos de luces, mientras que los sistemas de mayor potencia se utilizan en procedimientos médicos y procesos industriales como soldadura y corte.
En el ámbito militar, las armas láser de alta energía ofrecen una ventaja clave: un “almacén infinito”. A diferencia de las armas tradicionales que tienen una cantidad finita de municiones, un láser de alta energía puede seguir disparando siempre que tenga energía eléctrica.
La carrera global por el desarrollo de armas láser
Estados Unidos lidera la carrera por el desarrollo y despliegue de estas armas. El Ejército estadounidense está desplegando un láser de alta energía montado en camión para derribar una variedad de objetivos como drones, helicópteros, proyectiles y cohetes. La Armada ha instalado un arma láser de 60 kilovatios en el destructor USS Preble para defenderse contra embarcaciones rápidas, misiles y drones. La Fuerza Aérea, por su parte, está trabajando en un sistema de armas láser más pequeño para aviones de combate.
Rusia también parece estar desarrollando un láser terrestre de alta energía para “cegar” los satélites de sus adversarios, lo que demuestra el creciente interés global en esta tecnología.
Sin embargo, las armas láser de alta energía enfrentan limitaciones significativas. Un desafío clave es el alto nivel de potencia necesario para crear efectos útiles a larga distancia. Para quemar materiales a distancias seguras, se requieren decenas a cientos de kilovatios de potencia en el haz láser. Esto implica una extensa infraestructura de generación y enfriamiento eléctrico que pone límites a los tipos de efectos que pueden generarse desde diferentes plataformas militares.
Los camiones del ejército y los aviones de combate tienen el menor espacio para armas láser de alta energía, por lo que estos sistemas se limitan a objetivos que requieren relativamente poca potencia, como derribar drones o deshabilitar misiles. Los barcos y aviones más grandes pueden acomodar láseres más grandes con el potencial para hacer agujeros en embarcaciones terrestres y vehículos. Los sistemas terrestres permanentes tienen menos limitaciones y, por lo tanto, tienen el mayor potencial destructivo.
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Fuente: C4ISRNET