Al igual que sucedió con los dos accidentes anteriores, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) confirmó que supervisará una investigación liderada por SpaceX sobre los percances registrados durante el tercer lanzamiento del Starship.
Este 14 de marzo, SpaceX lanzó por tercera vez su cohete Starship, el cual, al igual que en las dos primeras oportunidades, terminó estallando.
Sin embargo, se consideró que la misión fue mucho más exitosa que las dos anteriores, ya que el cohete logró realizar un vuelo de más de una hora a través de una órbita baja antes de ser destruido durante su regreso a la Tierra.
Según la FAA, no se reportaron heridos ni daños a la propiedad pública, por lo que ahora la administración supervisará “la investigación de percances liderada por SpaceX para garantizar que la compañía cumpla con su plan de investigación aprobado por la FAA y otros requisitos reglamentarios”.
En este sentido, es probable que SpaceX necesite modificar su licencia para incorporar acciones correctivas y cumplir con todos los demás requisitos de licencia antes de realizar un cuarto vuelo con el cohete más poderoso jamás construido.
Logros y fracasos de la misión
Como ya se mencionó, el control de la misión perdió las comunicaciones con la nave espacial durante su reingreso a la atmósfera a velocidad hipersónica.
El Starship debía aterrizar en el Océano Índico, pero, según SpaceX, este habría explotado durante su viaje de regreso.
Por otro lado, tampoco quedó claro por qué SpaceX no llevó a cabo una de las principales pruebas de la misión que implicaba apagar y volver a encender uno de los motores Raptor de la nave mientras navegaba en una órbita poco profunda.
Sin embargo, más allá de los problemas (los cuales no sorprenden si se tiene en cuenta que el Starship debuto a mediados de 2023), el cohete alcanzo una serie de importantes hitos que confirman que SpaceX va por el buen camino en cuanto al desarrollo de la nave.
Por ejemplo, el Starship logró repetir la exitosa separación de etapas en caliente durante su ascenso inicial.
Además, concretó la primera prueba para abrir y cerrar la puerta de su carga útil en órbita, a lo que se suma que logró llevar a cabo la transferencia de combustible de un tanque a otro durante el vuelo espacial.
Pero lo que SpaceX no pudo demostrar, además del fallo de reingreso de Starship y la prueba de reencendido del motor, fue un intento de hacer regresar la primera etapa del cohete (el Super Heavy) a la Tierra. Esto último es parte de la estrategia de SpaceX de recuperar sus propulsores de lanzamiento para su reutilización.
Según funcionarios de SpaceX, el Starship volará al menos seis veces más este año para seguir perfeccionando el cohete que llevará de regreso al ser humano a la Luna antes de 2030.
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