Al igual que China, esta semana Rusia advirtió a Estados Unidos por el pedido de la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) para que la unidad Starshield de SpaceX desarrolle su red de satélites.
La semana pasada, Reuters reveló que, en virtud de un contrato clasificado de US$ 1.800 millones, SpaceX estaba construyendo cientos de satélites espías para una agencia de inteligencia estadounidense.
En este sentido, Rusia dijo que conocía los esfuerzos de inteligencia de Estados Unidos para utilizar operadores de satélites comerciales como SpaceX y advirtió que tales medidas convertían a sus satélites en objetivos legítimos.
“Somos conscientes de los esfuerzos de Washington para atraer al sector privado para que sirva a sus ambiciones espaciales militares”, dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova.
Estos sistemas “se convierten en un objetivo legítimo para medidas de represalia, incluidas las militares”, agregó.
Tras conocer la noticia, desde China también habían advertido a Washington e incluso lo acusaron de poner en riesgo “la seguridad y la estabilidad globales”.
“El reconocimiento de inteligencia de alto perfil de Estados Unidos de países o regiones que le preocupan inevitablemente causará que algunos temas candentes se vuelvan más sensibles o incluso se intensifiquen”, dijeron desde Pekín.
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