En los últimos días, China ha vuelto a estar en el centro de la escena como consecuencia de que Estados Unidos y el Reino Unido la acusaron de tener vínculos con un grupo de hackers.
Específicamente, Washington y Londres acusaron al grupo de hackers Advanced Persistent Threat 31, o “APT31”, de estar vinculado con el Ministerio de Seguridad de China.
Por ello, no sorprende que el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, abordara la cuestión de los ciberataques en general durante su encuentro con el presidente de China, Xi Jinping.
Específicamente, Rutte dijo que conversó con Xi acerca de un incidente de ciberespionaje que los Países Bajos atribuyeron al Estado chino.
En febrero, la agencia de inteligencia MIVD informó que ciberespías chinos, respaldados por el Estado, obtuvieron acceso a una red militar holandesa el año pasado.
Esa fue la primera vez que los holandeses atribuyeron públicamente el ciberespionaje a China, aunque desde Pekín niegan todas las acusaciones en su contra.
“Por supuesto que discutimos todos los temas difíciles”, incluidos los ciberataques, dijo Rutte después de las conversaciones en Pekín.
“Por supuesto, los Países Bajos han atribuido esto muy abiertamente a China. Fue un ataque al Ministerio de Defensa holandés que nuestro MIVD identificó y también atribuyó a China. Así que sí, por supuesto, lo hablé”, agregó.
Las tensiones entre el Gigante Asiático y las potencias occidentales, por cuestiones relacionadas con el ciberespionaje, han aumentado a medida que las agencias de inteligencia remarcan sobre la creciente actividad de piratería informática respaldada por China.
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