El pasado 28 de marzo, el Pentágono presentó su Estrategia de Ciberseguridad para la Base Industrial de Defensa 2024.
Allí, propuso varios objetivos, entre los que se destacan la adopción generalizada de mejores prácticas de ciberseguridad, la preservación de cadenas de suministro críticas para la fabricación militar y una mejor comunicación entre los sectores público y privado.
“Nuestros adversarios comprenden el valor estratégico de atacar la base industrial de defensa”, alertó David McKeown, subdirector de información para ciberseguridad.
Por ello, confirmó que “a nivel departamental, hemos empezado a prestarle mucha más atención y a colaborar con las empresas”.
Según el Pentágono, el grupo de contratistas y recursos relacionados con el Departamento de Defensa está bajo constante amenaza de ciberataques, principalmente de países como China y Rusia.
Por ejemplo, en 2022 la Agencia de Seguridad Nacional, el FBI y otras entidades federales dijeron que piratas informáticos lograron infiltrarse en una empresa, mantener un acceso “persistente y a largo plazo” a su red y fugarse con información confidencial.
Además, algunos años antes, ataques cibernéticos patrocinados por China violaron las computadoras de un contratista de la Marina, poniendo en peligro información relacionada con el trabajo en un misil antibuque.
El Pentágono considera a sus proveedores como parte de su infraestructura crítica junto con las instalaciones de agua, alimentos y energía, las empresas de atención médica y los sistemas de transporte.
Por ello, para contrarrestar esta situación, la estrategia de ciberseguridad se anida en las directrices de mayor perfil del Departamento de Defensa: la Estrategia de Defensa Nacional 2022, la Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2023 y la Estrategia Industrial de Defensa Nacional de este año.
La publicación se produce semanas después de que el departamento presentara su plan presupuestario para el año fiscal 2025, que incluía US$ 14.500 millones para actividades cibernéticas.
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