Esta semana, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibirá a los líderes de Japón y Filipinas para impulsar los lazos económicos y de defensa, buscando compensar el creciente poder de China y gestionar los riesgos vinculados con Corea del Norte.
El miércoles, Biden celebrará una cumbre bilateral con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, con el objetivo de mejorar los lazos de defensa con Japón, aliado fundamental de Washington en la región del Indo-Pacífico.
Por otro lado, el jueves Biden celebrará una reunión bilateral con el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, para, finalmente, ambos reunirse con Kishida en una histórica cumbre trilateral que se centrará en contrarrestar la presión china sobre Filipinas en el disputado Mar de China Meridional.
“La estrecha cooperación entre Japón, Estados Unidos y Filipinas es crucial para un orden libre y abierto basado en el Estado de derecho y para la prosperidad económica en la región”, dijo Kishida.
El año pasado, Japón entregó radares de defensa aérea a Filipinas y está negociando un acuerdo de acceso recíproco que facilitaría el entrenamiento de las tropas japonesas allí.
La alianza entre Washington y Tokio
Una de las principales preocupaciones es que, teniendo en cuenta la invasión rusa de Ucrania, China decida atacar Taiwán, isla que reclama como propia.
Por ello, se espera que los líderes discutan planes para mejorar la estructura de mando militar estadounidense en Japón para que esté en mejores condiciones de trabajar con las fuerzas japonesas en una crisis.
También se espera que los tres líderes anuncien medidas para permitir un mayor desarrollo conjunto, y potencialmente coproducción, de equipos militares y de defensa.
Durante la cumbre Biden-Kishida los líderes abordarán la participación futura de Japón en el pacto de defensa tripartito AUKUS entre Australia, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Sin embargo, funcionarios y expertos dicen que, para que esto se concrete, será necesario que Japón introduzca mejoras de defensa cibernética y reglas más estrictas para guardar información secreta.
Además, los funcionarios estadounidenses quieren impulsar otras inversiones japonesas en Estados Unidos: los acuerdos en inteligencia artificial, computación en la nube, aviación y construcción contribuirán “a crear empleos estadounidenses sólidos y bien remunerados”.
Por último, el foco estará puesto en el espacio, ya que Japón espera llevar su primer astronauta a la Luna con el proyecto estadounidense Artemisa.
“Este es el sueño (…) que un astronauta japonés ponga sus pies en la Luna”, dijo Kishida al respecto.
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