Este domingo 7 de abril, SpaceX lanzó con éxito la misión Bandwagon-1, el primer viaje compartido a una órbita de inclinación media.
En un cohete Falcon 9, que despegó a las 7:16 pm ET desde el Complejo de Lanzamiento 39A (LC-39A) en el Centro Espacial Kennedy (Florida) había había 11 naves/satélites espaciales.
Entre ellos se encontraban el 425Sat de Corea del Sur, los grupos 8 y 9 de HawkEye 360, el CENTAURI-6 de Tyvak International, el QPS-SAR-7 TSUKUYOMI-II de iQPS, el Capella-14 de Capella Space y el TSAT-1A de Tata Advanced Systems Limited.
En el caso del propulsor, este representó su decimocuarto vuelo. Anteriormente lanzó las misiones SES-22, HAKUTO-R MISSION 1 de ispace, Amazonas-6, CRS-27 y nueve Starlink.
¿Qué implicó la misión Bandwagon-1?
En general, las misiones de viaje compartido de SpaceX se lanzan a una órbita sincrónica con el Sol.
Sin embargo, el lanzamiento a una órbita de inclinación media les permite a las empresas llenar los vacíos en el espacio para ampliar su cobertura o completar objetivos únicos.
En este sentido, la órbita de inclinación media ofrece una tasa de revisita más alta, lo que significa que el tiempo entre sobrevuelos del mismo punto es más rápido que lo que se observa en otras órbitas.
Corea del Sur amplía su constelación espía
En este contexto, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur dijo que el segundo satélite espía del país había entrado en órbita después del lanzamiento.
El primer satélite espía de Seúl fuera puesto en órbita desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, en California, en diciembre.
En este caso, el satélite se separó con éxito del Falcon 9 unos 45 minutos después del despegue y entró en su órbita. Además, realizó comunicaciones exitosas con una estación terrestre aproximadamente dos horas y 40 minutos después del lanzamiento.
El segundo satélite espía surcoreano está equipado con un radar de apertura sintética (SAR) capaz de producir imágenes independientemente de las condiciones climáticas debido a su forma de procesar los datos.
Los lanzamientos consecutivos de satélites de reconocimiento se producen en medio de las crecientes tensiones con Corea del Norte que en noviembre del año pasado utilizó su propio vehículo de lanzamiento, el Chollima-1, para colocar en órbita el satélite de reconocimiento Malligyong-1
Corea del Norte anunció que planea lanzar tres nuevos satélites espías en 2024.
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