Este jueves, SpaceX lanzó con éxito la misión USSF-62 a la órbita terrestre baja desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 4 (SLC-4E), en la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, en California.
La misión tenía como objetivo lanzar, para la Fuerza Espacial de EE.UU., el satélite de microondas de seguimiento del sistema meteorológico, el primero de dos satélites que crearán una arquitectura de monitoreo ambiental basada en el espacio.
Según BAE Systems, que desarrolló y construyó el satélite apodado WSF-M, esta es una nave espacial de próxima generación que “proporcionará inteligencia meteorológica crítica y procesable para operaciones militares en todos los dominios bélicos”.
En este sentido, el instrumento principal de WSF-M es un generador de imágenes de microondas, que medirá los vientos en la superficie del mar, la fuerza de los ciclones tropicales y recopilará otros datos ambientales.
En el satélite también hay un sensor meteorológico espacial proporcionado por el gobierno de Estados Unidos.
Tras el lanzamiento, la primera etapa del cohete Falcon 9 regresó a la Tierra de manera segura, aterrizando en la Zona de Aterrizaje 4 de Vandenberg unos ocho minutos después del despegue.
Según SpaceX, este fue el tercer lanzamiento y aterrizaje de este propulsor en particular, mientras que USSF-62 fue el lanzamiento número 37 de la empresa en 2024.
Además, este fue el segundo despegue del año de SpaceX para la Fuerza Espacial: el 14 de febrero, un Falcon 9 lanzó la misión USSF-124 de seis satélites desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, Florida.
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