En plena carrera espacial por regresar a la Luna, este 13 de mayo no es un día más para los amantes del espacio: se cumplen 60 años desde que la NASA lanzó la segunda prueba de aborto de la nave espacial Apolo.
La nave despegó en un cohete Little Joe II desde el campo de misiles White Sands, en Nuevo México.
Esta misión, sin tripulación, demostraría que el sistema de escape de lanzamiento podría expulsar de forma segura el módulo de comando Apolo en caso de una emergencia.
Para la primera prueba, el módulo de comando fue expulsado justo encima de la plataforma de lanzamiento 15 segundos después del despegue.
En cambio, la segunda vez permaneció encima del cohete durante 44 segundos y alcanzó una altitud de más de 9.000 metros, seis veces mayor que durante la primera prueba.
Y gracias a realizar la prueba más adelante durante el vuelo, la NASA comprobó si el sistema de escape funcionaba bien bajo alta presión dinámica.
Así, aunque aún faltaban varios años para la misión Apolo 11, que en 1969 llevó a los primeros hombres a la Luna, la prueba resultó ser un paso fundamental para todos los hitos que alcanzaría el programa espacial de la NASA en esa década.
Por ello, en un momento en el que tanto EE.UU. como China planea enviar astronautas a la Luna antes de 2030, es importante tener en cuenta el tiempo que demanda prepararse para alcanzar hitos de tan gran envergadura.
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