El domingo, tras un confuso accidente en helicóptero, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi perdió la vida.
El helicóptero se estrelló cerca de la frontera de Irán con Azerbaiyán y, entre muchos elementos, fue encontrado gracias a la asistencia satelital de Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea.
Este programa busca lograr una completa, continua y autónoma capacidad de observación terrestre de alta calidad, y que sus resultados sean accesibles libremente para la comunidad científica o cualquier otra persona interesada.
La asistencia europea a Irán fue confirmada por el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarčič: “ante la solicitud de asistencia iraní, activamos el servicio de mapeo de respuesta rápida de Copernicus”.
Sin embargo, en un momento de alta tensión en Medio Oriente, principalmente por los ataques de Israel en la Franja de Gaza, la publicación de Lenarčič generó gran polémica, ya que estuvo acompañada del hashtag “#EUSolidarity” (solidaridad UE).
Como era de esperar, hubo una importante reacción negativa en contra de los dichos del funcionario, al cual se acusó de defender a un régimen que ha ejecutado a miles de iraníes y promociona el terrorismo.
La publicación de Lenarčič fue compartida por el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, pero no por la cuenta de la Comisión Europea ni por la jefa de la Comisión, Ursula von der Leyen.
Ante la tensa situación, Lenarčič tuvo que salir a aclarar sus dichos y explicó que “la provisión de un mapeo satelital a pedido para facilitar una operación de búsqueda y rescate no es un acto de apoyo político a ningún régimen o establecimiento. Es simplemente una expresión de la humanidad más básica”.
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