En medio de crecientes tensiones geopolíticas y una acelerada carrera armamentista, Estados Unidos parece estar preparándose para un escenario que hasta hace poco parecía de ciencia ficción: la posibilidad de un enfrentamiento bélico en el espacio. Según funcionarios del Pentágono, las revelaciones de inteligencia sobre el interés de Rusia en desarrollar armas antisatélite y los avances de China y Rusia en materia espacial han impulsado los esfuerzos de Washington por defender sus intereses más allá de la órbita terrestre.
La importancia estratégica de los satélites, fundamentales para la defensa nacional y las comunicaciones globales, ha llevado a las principales potencias a buscar ventajas en este nuevo frente de batalla. Ante las amenazas que van desde la interferencia de señales hasta los ataques con misiles, Estados Unidos está reforzando sus capacidades para contrarrestar posibles agresiones orbitales.
Estados Unidos se prepara para una guerra en el espacio
Empresas de defensa se encuentran desarrollando sistemas que van desde satélites capaces de perseguir a otros en órbita hasta la protección de estaciones terrestres que pueden emitir señales al espacio. Estas medidas buscan salvaguardar servicios cruciales como la navegación móvil, la televisión y el Internet, que dependen de equipos en órbita.
En un inusual despliegue de transparencia, funcionarios del Pentágono han comenzado a hablar públicamente sobre las armas que naciones hostiles podrían utilizar en el espacio para hacer la guerra. El general Chance Saltzman, máximo responsable operativo de la Fuerza Espacial, advirtió que los adversarios intentan a diario restringir el acceso de Estados Unidos y sus aliados al espacio.
“Tengo que contrarrestar esa amenaza para garantizar que las capacidades espaciales de las que hemos llegado a depender para nuestra forma de vida estarán ahí en el futuro”, afirmó Saltzman en una reciente conferencia de la industria.
La amenaza de Rusia y China
Rusia ha sido un blanco particular de estas advertencias. El embajador estadounidense Robert Wood denunció recientemente ante las Naciones Unidas que Moscú desplegó un satélite con probables capacidades de ataque en la misma órbita que uno del gobierno estadounidense. Por su parte, el Kremlin ha negado estas acusaciones y ha advertido sobre los esfuerzos de Estados Unidos por militarizar el espacio.
Preparándose para el conflicto, la Fuerza Espacial ha intensificado el entrenamiento de sus “Guardianes”, con simulacros que incluyen el uso de láseres, inhibidores de señal, “satélites atrapa-satélites” y armas nucleares en el espacio. Alrededor del 25% del presupuesto solicitado de 29.400 millones de dólares se destinaría a la llamada “superioridad espacial”, un concepto que Saltzman denomina “contraespacio responsable”.
Más allá de mantener una posición dominante en órbita, Estados Unidos también está explorando medios más móviles y dinámicos, como satélites capaces de maniobrar fácilmente para evitar amenazas o disuadir a potenciales agresores. En este sentido, empresas comerciales están desarrollando posibles remolcadores espaciales, brazos robóticos y otros sistemas que podrían tener aplicaciones militares.
Si bien Washington se opone a colocar armas nucleares en órbita, el Pentágono busca desplegar su propio conjunto de capacidades basadas en el espacio. Ante la creciente militarización de este nuevo frente, analistas advierten sobre los riesgos de una escalada accidental y la necesidad de preservar canales diplomáticos para evitar un conflicto de consecuencias impredecibles.
Te puede interesar: Estados Unidos, China y Rusia suben de nivel en la nueva carrera espacial
Imágenes proporcionadas por Getty Images