Desde hace semanas, Boeing viene reprogramando el primer lanzamiento tripulado de su nave Starliner.

Sin embargo, tras confirmar el 1 de junio como nueva fecha, ahora sí esta sería la fecha definitiva de lanzamiento: según funcionarios de Boeing y la NASA, se sofocaron con éxito dos problemas técnicos en la nave espacial.

Esto incluye una “vulnerabilidad de diseño” que requiere una solución temporal para que la cápsula pueda volar.

La primera misión tripulada de Starliner debía haber despegado a principios de mayo pero una fuga de helio, detectada en su sistema de propulsión, ha hecho que se retrase varias semanas.

Pero ahora, tras más de dos semanas de escrutinio adicional, se confirmó que la fuga no representa un riesgo importante para los astronautas.

“Esto realmente no es un problema de seguridad de vuelo para nosotros, y creemos que tenemos una condición bien entendida que podemos manejar”, dijo el jefe de Starliner de Boeing, Mark Nappi.

El primer vuelo tripulado de Starliner hacia la Estación Espacial internacional, con los astronautas de la NASA Suni Williams y Butch Wilmore, es la misión de prueba final antes de que la NASA pueda certificar la nave espacial para los viajes rutinarios de los astronautas.

Así, si el viaje es exitoso, Starliner se convertirá en la segunda cápsula tripulada de Estados Unidos junto con la Crew Dragon de SpaceX, que comenzó a volar con humanos en 2020.

Comenzó la cuenta regreseiva para Boeing

La investigación de Boeing y la NASA sobre la fuga de helio llevó a los ingenieros a descubrir un problema adicional en el sistema de propulsión de Starliner que el jefe de la tripulación comercial de la NASA, Steve Stich, llamó una “vulnerabilidad de diseño”.

El modelado mostró que una serie de problemas en cascada, pero muy poco probables, durante una misión podría eliminar los propulsores de respaldo de la cápsula y hacer que no pueda regresar de manera segura a la Tierra.

Un software ofreció una solución temporal para la misión, pero Boeing y la NASA discutirán si se necesita un rediseño más profundo antes de futuros vuelos.

“Está respaldado por datos de prueba, está respaldado por datos de vuelo, y la guía y el modelado de navegación han reforzado que esta técnica funcionará”, dijo Nappi.

Sin embargo, ese problema más amplio y la resolución ad hoc llevaron a la NASA a solicitar una revisión adicional de preparación para el vuelo.

La reunión de un día entre funcionarios de la agencia, ingenieros de Boeing y analistas independientes, para justificar que Starliner es seguro para volar, está programada para el miércoles, tres días antes del 1 de junio.

Boeing también tiene la oportunidad de volar el 2, 5 y 6 de junio. Pero, si la misión no se realiza en esos días, la empresa podría enfrentarse a meses retraso porque algunos artículos perecederos tendrían que ser reemplazados en Starliner y el cohete Atlas 5 de ULA.

Además, eso comenzaría a chocar con otras prioridades programadas que ULA tiene, como el primer lanzamiento de los satélites Kuiper de Amazon y el segundo vuelo de su nuevo cohete Vulcan.

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