Entre el 6 y 9 de junio, la Unión Europea celebrará sus elecciones legislativas para elegir a los nuevos integrantes del Parlamento Europeo.

Sin dudas, las elecciones son trascendentales a la hora de ver cuánto ha crecido la extrema derecha en el Viejo Continente, además de que influirán en la estrategia de Bruselas respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania.

Pero, más allá de las cuestiones políticas, la principal preocupación de la UE es cómo podría afectar la desinformación rusa al resultado de las elecciones.

Por ejemplo, el equipo de la Unión Europea que lucha contra la desinformación desacreditó el mes pasado un video en ruso en YouTube que decía que los ciudadanos huían de la “dictadura” en Polonia (miembro de la UE) y buscaban refugio en Bielorrusia, aliado de Moscú.

La historia difundió narrativas a favor del Kremlin de que Varsovia tenía intenciones militaristas agresivas y de fallas democráticas en Polonia y la UE en general.

Rusia es acusada de haber llevado a cabo campañas de desinformación durante las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2016 para impulsar el triunfo de Donald Trump sobre Hilary Clinton.

Justamente, una evaluación de inteligencia de Estados Unidos en 2023 encontró que Moscú estaba utilizando espías, redes sociales y medios estatales rusos para erosionar la fe pública en la integridad de las elecciones en todo el mundo.

¿Cómo actúa el Kremlin?

Según el segundo informe anual de desinformación de la UE publicado este año, Polonia y Alemania fueron las naciones más atacadas dentro de la UE, seguidos por Francia.

Justamente, la particularidad es que, año tras años, la extrema derecha, más cerca al Kremlin, gana cada vez más terreno en estos tres países.

Por ejemplo, los ataques contra Francia incluyen la creación de un sitio web falso del gobierno francés que alega que 200.000 ciudadanos estaban siendo llamados a luchar en Ucrania.

Entre las prácticas más comunes para generar desinformación se encuentran manipulaciones de la verdad, que van desde la amplificación de teorías conspirativas ya existentes hasta videos deepfake, y la publicación de falsedades en sitios ‘doppelganger’ creados para parecer idénticos a sitios oficiales.

Además, Bélgica dijo que funcionarios rusos habían pagado a legisladores del Parlamento Europeo para promover la propaganda rusa en Europa.

En este sentido, la mejor herramienta que tiene la UE para combatir esta desinformación es su nueva Ley de Servicios Digitales que exige la rápida eliminación de los contenidos ilegales y más información sobre cómo se agregan los contenidos y otras prácticas relacionadas con la publicidad y el contenido político engañoso.

Sin embargo, al final del día, esta lucha depende más de los recursos internos de cada uno de los 27 miembros, lo que dificulta alcanzar el grado de eficiencia y eficacia requerido.

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