Un consorcio de aliados de la OTAN ha confirmado el primer grupo de empresas a las que se les ha concedido financiación como parte del fondo de innovación de 1.000 millones de euros del grupo.
La Alianza Atlántica dio a conocer el fondo en el verano de 2022, meses después de la invasión rusa de Ucrania, con el objetivo de invertir en tecnologías que mejorarían sus defensas.
Específicamente, el fondo está respaldado por 24 de los 32 estados miembros de la OTAN, incluidos Finlandia y Suecia, que se unieron a la alianza a principios de este año.
En este sentido, el Fondo de Innovación de la OTAN (NIF, por sus siglas en inglés) confirmó que había invertido directamente en cuatro empresas tecnológicas europeas.
Según NIF, estas inversiones ayudarán a la OTAN a abordar los desafíos en defensa, seguridad y resiliencia a los que se enfrenta.
El organismo ha asignado fondos a Fractile, un fabricante de chips informáticos con sede en Londres que tiene como objetivo hacer que los grandes modelos de lenguaje (LLM), como los que impulsan ChatGPT, funcionen más rápido.
Además, invirtió en la empresa alemana ARX Robotics, que diseña robots no tripulados con funciones que van desde el trabajo pesado hasta la vigilancia.
Las otras dos startups son el fabricante británico iCOMAT, que produce materiales más ligeros para vehículos, y Space Forge, una empresa galesa que aprovecha las condiciones del espacio, como la microgravedad y el vacío, para construir semiconductores en órbita.
“Permitir el acceso a tecnologías estratégicas es clave para garantizar un futuro seguro y próspero para los mil millones de ciudadanos de la alianza”, dijo Andrea Traversone, socia gerente del fondo.
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