Históricamente, las guerras se han ganado en el campo de batalla. Sin embargo, como consecuencia de los avances tecnológicos, cualquier tipo de conflicto implica choques en áreas mucho más amplias.

Un ejemplo de esto sucede en la guerra de Ucrania, en donde la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) está revisando una serie de quejas de Kiev sobre interferencias satelitales que han afectado a los servicios de navegación y programas de televisión.

Según la Unión Europea, la interferencia ha golpeado las señales de GPS y podría poner en peligro el control del tráfico aéreo.

Además, en algunos casos, los canales de televisión infantiles fueron atacados, y en ellos se empalmaron imágenes violentas de la guerra en Ucrania.

La denuncia de Kiev ante el organismo de la ONU, fechada el 3 de junio, documentó al menos 11 casos de interferencia en los últimos tres meses que afectaron a decenas de programas de televisión ucranianos.

Por ello, el país dirigido por Volodímir Zelenski le pidió al organismo que “tome todas las medidas posibles para detener las intervenciones de la Federación Rusa”.

Francia, Suecia y Luxemburgo también enviaron quejas alegando “interferencias dañinas” en sus redes satelitales, aunque no apuntaron directamente contra Moscú.

La UIT, formada por 193 Estados miembros, es responsable de regular y coordinar el sistema mundial de satélites: su constitución le encomienda la coordinación de los esfuerzos para eliminar las interferencias perjudiciales.

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