Desde hace años se sabe que la misión de la Estación Espacial Internacional está llegando a su fin: lanzada en 1998, su vida útil es de unos 30 años, por lo que deberá ser desorbitada alrededor de 2030.

Sin dudas, esto último implicará un gran esfuerzo de toda la comunidad internacional. Por ello, la NASA ya está tomando cartas en el asunto: le otorgó a SpaceX US$ 843 millones para construir un vehículo capaz de empujar la estación hacia la atmósfera terrestre para su destrucción cuando sea el momento indicado.

Según su nuevo contrato con la NASA, SpaceX construirá el “Vehículo de Desorbitación de EE.UU.” para desorbitar la estación espacial y evitar riesgos para áreas pobladas.

Por su parte, la agencia espacial estadounidense asumirá la propiedad de la nave y se encargará de la operación de desorbitación.

En un principio, los propulsores rusos, que mantienen la altitud orbital de la estación, estaban destinados a empujarla hacia la atmósfera de la Tierra al final de su vida útil.

Sin embargo, la NASA ha buscado sus propias capacidades de desorbitación en caso de que Rusia se retire de la alianza antes de lo planeado, algo que finalmente sucederá en 2028, año en el que Moscú inauguraría su propia estación espacial.

Cabe recordar que, más allá de la fecha estimativa, la NASA no descarta que la estación espacial continúa funcionando más allá de 2030 si está en condiciones de hacerlo.

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