Un estudio confirma que las cantidades de óxidos de aluminio que afectan la capa de ozono en la atmósfera terrestre podrían incrementarse en un 650% en las próximas décadas debido al creciente número de satélites fuera de servicio que se desintegran al reingresar. Además, el interés de las empresas privadas en las megaconstelaciones de satélites podría representar un grave peligro para la capa de ozono.
El impacto de los satélites
El estudio indica que el incremento en los contaminantes producidos por satélites podría ocasionar una disminución “significativa” de la capa de ozono, impidiendo su lenta y constante recuperación.
La capa de ozono necesita recuperarse debido a que en los años 80 se formó un agujero sobre la Antártida por el uso de gases con cloro y flúor en refrigerantes y aerosoles. Este agujero se está cerrando gracias al Protocolo de Montreal de 1987, que prohibió dichas sustancias.
Sin embargo, el estudio reciente sugiere que este proceso de sanación podría enfrentar un gran obstáculo por una nueva amenaza creada por el hombre: las megaconstelaciones, que son agrupaciones de cientos o miles de satélites trabajando conjuntamente.
En tiempos recientes, los científicos han manifestado preocupación por la creciente cantidad de satélites que se desintegran en la atmósfera. Las naves espaciales, hechas de aluminio, generan óxidos de aluminio al quemarse, los cuales destruyen el ozono.
Los investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) hallaron que, en 2022, aproximadamente 332 toneladas métricas de satélites antiguos se desintegraron en la atmósfera, produciendo 17 toneladas métricas de partículas de óxido de aluminio. Entre 2016 y 2022, las concentraciones de estos óxidos en la atmósfera se multiplicaron por ocho y seguirán aumentando con el número creciente de satélites lanzados y reingresados.
Las futuras megaconstelaciones
La Agencia Espacial Europea informa que actualmente orbitan alrededor de la Tierra unos 12.540 satélites, de los cuales unos 9.800 están operativos. Para finales de esta década, esa cifra podría multiplicarse por diez debido a los planes de empresas privadas de construir megaconstelaciones de decenas de miles de satélites en órbita terrestre baja para transmitir Internet.
La megaconstelación Starlink de SpaceX, por ejemplo, cuenta con más de 6.000 satélites, y la empresa planea desplegar hasta 40.000 en total. Asimismo, empresas como OneWeb, Amazon y los proyectos chinos G60 y Guowang también están desarrollando sus propias megaconstelaciones.
Si todos estos planes se concretan, hasta 3.200 toneladas métricas de cuerpos satelitales podrían estar desintegrándose en la atmósfera cada año para la década de 2030. Como resultado, 630 toneladas métricas de óxidos de aluminio podrían liberarse anualmente a la atmósfera superior, lo que llevaría a un incremento de hasta el 650% en las concentraciones de estas partículas en comparación con los niveles naturales.
Te puede interesar: Misión china Chang’e 6: Pekín recibió las muestras de la cara oculta de la Luna