SpaceX continúa preparándose para el quinto vuelo del Starship: durante una prueba de fuego estática, la empresa encendió los motores del propulsor Super Heavy.
Según diversas fuentes, en las próximas semanas SpaceX realizará una nueva prueba de vuelo integrada (IFT) del Starship.
El IFT-5 será el quinto lanzamiento del vehículo completamente apilado de Starship, y el más ambicioso hasta la fecha.
La prueba
SpaceX trasladó al propulsor de 71 metros a su sitio de pruebas el 9 de julio: con el Super Heavy asegurado a la plataforma de lanzamiento en Starbase, los 33 motores Raptor del cohete se encendieron durante unos 20 segundos.
De cara al quinto lanzamiento, y teniendo en cuenta que Starship está diseñado para ser completamente reutilizable, SpaceX intentará que, tras el despegue, el cohete regrese a la Tierra y aterrice en la plataforma desde la que se lanzó.
La torre de lanzamiento cuenta con dos enormes brazos de “palillos” que están diseñados para atrapar al Super Heavy por sus aletas de rejilla.
Así, la idea es que, tras regresar a la Tierra, el propulsor detenga su impulso y se quede momentáneamente en el aire para ser atrapado justamente por los palillos.
Con esta estrategia SpaceX podrá inspeccionar, renovar y relanzar más rápidamente el cohete más poderoso jamás construido.
Según una publicación de Elon Musk, el pasado 5 de julio, la nave volverá a volar en unas cuatro semanas.
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