A medida que los países desarrollan nuevas tecnologías, esto les permite alcanzar importantes innovaciones en ámbitos que van desde la computación hasta la medicina; y el ámbito militar no es la excepción.
Un ejemplo de esto último es el desarrollo del avión espacial militar secreto de Estados Unidos X-37B, conocido también como OTV-7 o “Orbital Test Vehicle-7”.
Aunque poco se sabe sobre la nave, que actualmente se encuentra en los cielos tras se lanzada por un Falcon 9 a fines de 2023, el X-37B tiene aproximadamente el tamaño de un autobús pequeño y es parecido a un transbordador espacial en miniatura.
Construida por Boeing, la nave está diseñada para desplegar varias cargas útiles y realizar experimentos tecnológicos en vuelos orbitales de larga duración.
Hasta ahora, la nave, que se espera que recién vuelva a la Tierra a mediados de 2026, ha volado en seis oportunidades más.
Pero, como no podía ser de otra manera, en plena competencia global entre Estados Unidos y China, Pekín también está desarrollando su propio avión espacial secreto.
Dicha nave espacial fue observada en junio, durante su tercera misión, soltando un objeto, alejándose varios kilómetros y luego maniobrando de regreso a unos pocos cientos de metros de él.
Y es esto lo que le hace creer a los expertos que el avión no tripulado tiene una aplicación militar que, entre muchas tareas, incluye inspeccionar de cerca objetos enemigos e incluso desactivaros.
Además, la nave tendría aplicaciones no militares como, por ejemplo, reabastecer los propios satélites de China.
Por el momento, Pekín no ha revelado qué tecnologías ha probado en la nave espacial, la cual tampoco ha sido fotografiada públicamente desde que comenzó a operar.
¿Qué más se sabe del avión chino?
Al igual que el X-37B, el vuelo actual de la unidad china comenzó en diciembre de 2023.
Su misión anterior, que también consistió en poner un objeto en el espacio y recuperarlo, se lanzó en agosto de 2022 y duró 276 días, mientras que su primer vuelo fue en septiembre de 2020 y duró dos días.
El avión se lanza desde Jiuquan, en el centro norte de China, y suele aterrizar en un aeródromo en Lop Nur, en la región de Xinjiang.
En el pasado, dicho aeródromo estuvo vinculado a un sitio que alguna vez se usó para pruebas nucleares y actualmente está controlado por el ejército.
Los datos muestran que la unidad ha cambiado su altitud de órbitas comunes de aproximadamente 350 kilómetros a 600 kilómetros y viceversa.
El avión tendría un tamaño similar al X-37B, que mide unos 9,14 m de largo, aunque la unidad estadounidense ha pasado hasta 908 días en órbita a altitudes de hasta 38.000 km.
¿Son realmente una amenaza militar?
Según los expertos, los aparentes experimentos en órbita, con la liberación y recuperación de objetos, son similares a los del X-37B.
Por el momento, todas las misiones del X-37B han sido clasificadas, aunque Boeing las describe como llevar experimentos al espacio y de regreso, además de explorar “tecnologías de vehículos reutilizables que respaldan los objetivos espaciales a largo plazo”.
Inspeccionar o desactivar los satélites de un adversario es una posible capacidad militar, tanto de la unidad norteamericana como china.
Sin embargo, cabe aclarar que atacar desde la órbita con un avión espacial ofrece poca ventaja sobre los misiles balísticos o los misiles de crucero.
Tal vez te interese: ¿Cuánto tiempo durará la nueva misión del X-37B?