En un momento en el que el sector nuclear ha sufrido un importante recorte de presupuesto, el Gobierno nacional envió un fuerte mensaje de apoyo para el reactor RA-10, uno de los principales proyectos nucleares del país.
La semana pasada, se instaló el tanque reflector en el Reactor Multipropósito RA-10. Por ello, ante el importante suceso, el presidente de la CNEA, Germán Guido Lavalle, recibió al jefe de Gabinete de Ministros, Dr. Guillermo Francos y al vicejefe José Rolandi.
La importancia del RA-10
Tras recorrer las instalaciones del Centro Atómico Ezeiza, donde se está fabricando el reactor productor de radioisótopos más grande de América Latina, Francos consideró que Argentina “ha sido distinguida entre los países con capacidad nuclear en el mundo. Este reactor es un avance importante para el desarrollo y el crecimiento de la ciencia. Un proyecto de esta naturaleza es un orgullo para todos los argentinos”.
Por su parte, Lavalle agradeció el acompañamiento del Gobierno nacional y señaló que “para realizar este tipo de proyectos de primer nivel tecnológico en el mundo, que sirven al país, a la medicina y a la industria, son necesarios el apoyo del Gobierno nacional y también gente formada que tiene la capacidad de llevarlos adelante”.
Según las proyecciones, el RA-10 estará completamente operativo en 2026, lo que garantizará que la Argentina se autoabastezca de radioisótopos, principal insumo de la medicina nuclear y de amplia aplicación en la industria y el agro.
En un contexto de alta demanda mundial de molibdeno y de silicio dopado, el RA-10 también se va a destacar por generar exportaciones de 80 a 100 millones de dólares anuales.
En operación conjunta con la Planta de Producción de Radioisótopos por Fisión, el RA-10 tiene capacidad de producción para abastecer un 20% de la demanda mundial de radioisótopos.
Además, permitirá ofrecer otros productos comerciales de alto valor agregado como el silicio dopado, un insumo crítico para la transición energética, y el servicio de irradiación de barras combustibles de reactores de potencia.
Detalles sobre el tanque
El tanque reflector, instalado la semana pasada, junto con el núcleo, conforman el corazón del reactor: es su componente más complejo, ya que su función será proveer un volumen adecuado con neutrones de baja energía en una estructura capaz de contener los dispositivos que permitan aprovechar esos neutrones en las diferentes aplicaciones previstas en la instalación.
El tanque pesa 2.540 kilogramos, tiene 2 metros de diámetro y uno de alto y su construcción demandó 32 meses de trabajo.
Está hecho en una aleación de zirconio (Zircaloy), material que permite optimizar la cantidad de neutrones en su interior, y fue fabricado por INVAP en el Centro Atómico Bariloche.
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