En la madrugada de este martes, la nave espacial Cygnus de Northrop Grumman se acopló exitosamente a la Estación Espacial Internacional (EEI).
El astronauta de la NASA Matthew Dominick, con la ayuda de su par Jeanette Epps, capturó la nave utilizando el brazo robótico Canadarm2 de la EEI.
Cygnus, que se lanzó sobre un cohete Falcon 9 de SpaceX el domingo de 4 de agosto, llegó con unas 4 toneladas de suministros al laboratorio orbital.
La nave había despegado desde el Complejo Espacial 40 (SLC-40), en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida.
Por otra parte, entre los alimentos, equipo científico y otros suministros que Cygnus trasladó se destaca Rotifer-B2, que estudiará cómo los vuelos espaciales afectan a los mecanismos de reparación del ADN en la especie rotífera Adineta vaga.
“Estos organismos diminutos pero complejos son conocidos por su capacidad para soportar condiciones adversas, incluidas dosis de radiación 100 veces más altas de lo que las células humanas pueden sobrevivir”, explicaron los funcionarios de la NASA.
Rotifer-B2 “podría mejorar la comprensión general del daño del ADN y los mecanismos de reparación para aplicaciones en la Tierra”, agregaron.
La misión actual se conoce como NG-21, porque es el vuelo número 21 de un vehículo Cygnus hacia la EEI.
Cygnus permanecerá en la estación espacial hasta enero, cuando salga del laboratorio en órbita: buscando deshacerse de miles de kg de escombros, la nave se quemará durante su reingreso a la atmósfera de la Tierra.
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