El pasado fin de semana, el ruso Pavel Durov, fundador de Telegram, fue detenido en Francia y, desde ese momento, se encuentra privado de su libertad.
Específicamente, Durov fue arrestado en el aeropuerto de Le Bourget, en las afueras de París, después de aterrizar en un jet privado el sábado por la noche.
Durov, de 39 años, tiene una fortuna de US$ 15.500 millones y es conocido por haber fundado Telegram, con sede en Dubái,
El empresario, que tiene doble nacionalidad francesa y de Emiratos Árabes Unidos, abandonó Rusia en 2014 después de negarse a cumplir con las demandas de cerrar comunidades opositoras al gobierno de Vladimir Putin en su plataforma de redes sociales VK, la cual ya ha vendido.
Respecto a Telegram, la aplicación encriptada, con cerca de 1.000 millones de usuarios, es particularmente influyente en Rusia, Ucrania y las repúblicas de la ex Unión Soviética.
Está clasificada como una de las principales plataformas de redes sociales después de Facebook, YouTube, WhatsApp, Instagram, TikTok y WeChat.
El polémico arresto
Tras el arresto, Moscú advirtió a París de que se le deberían otorgar sus derechos a Durov, mientras que el propietario de X, Elon Musk, consideró que la libertad de expresión en Europa estaba bajo ataque.
Según diversas fuentes, Durov fue arrestado como parte de una investigación policial preliminar sobre presuntamente permitir una amplia gama de delitos debido a la falta de moderadores en Telegram y la falta de cooperación con la policía.
Sin embargo, desde Telegram desmintieron las acusaciones: “Telegram cumple con las leyes de la UE, incluida la Ley de Servicios Digitales: su moderación está dentro de los estándares de la industria y mejora constantemente”.
“El CEO de Telegram, Pavel Durov, no tiene nada que ocultar y viaja con frecuencia por Europa. Es absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables del abuso de esa plataforma”, agregaron.
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