En el marco del Congreso Internacional de Astronáutica, que se celebra esta semana en Milán, y en plena carrera espacial, Estados Unidos y China intentaron “sacarse chapa” mutuamente con sus últimos logros en la materia.

Por un lado, Pekín dio a conocer una muestra de la cara oculta de la Luna, la primera en la historia de la humanidad, la cual el Gigante Asiático obtuvo este mismo año con su misión Chang’e-6.

Con la presentación, China intentó demostrar su creciente estatus como potencia espacial: un funcionario retiró una manta roja de una caja de vidrio que contenía el pequeño fragmento lunar en una ceremonia presenciada por los jefes de las agencias espaciales de Europa, Estados Unidos y Japón, entre otros.

Por su parte, la NASA no quiso quedarse atrás y presentó rocas que su nave espacial OSIRIS-REx recuperó del asteroide Bennu en 2023.

El Congreso Internacional de Astronáutica (IAC, por sus siglas en inglés) ha sido un lugar desde 1950 para que científicos, ingenieros, empresas y políticos de las naciones espaciales discutan la cooperación espacial.

Sin embargo, justamente el gran ausente en esta edición es Rusia, ya que ha sido aislada tras la invasión de Ucrania en 2022.

Actualmente, Estados Unidos y China están compitiendo para llevar a los primeros humanos a la Luna desde la última misión Apolo 17 en 1972.

Según la NASA, esto podría ocurrir en septiembre de 2026 con su misión Artemisa III, aunque es probable que la agencia espacial estadounidenese se enfrente a nuevos desafíos que retrasen su objetivo.

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