El rover Moon RACER realizó su primera aparición pública en el Centro Espacial de Houston al realizar un recorrido en el estacionamiento el pasado jueves 7 de noviembre. Esta unidad de demostración completamente eléctrica, fabricada para Intuitive Machines (IM) por la empresa de autos de alto rendimiento Roush, estará expuesta el viernes (8 de noviembre) para el público y estudiantes que asistan a las actividades del Día Nacional de STEM en el centro de visitantes del Centro Espacial Johnson de la NASA.

La prueba del Moon RACER

“Estamos muy emocionados de mostrárselo hoy”, expresó Trent Martin, vicepresidente sénior de sistemas espaciales en Intuitive Machines, frente a los funcionarios de la NASA, socios de la industria y la prensa presentes en el evento. “En una semana, lo llevaremos al cráter Meteor en Arizona y lo probaremos en un entorno similar al de la Luna”.

IM, la compañía de Houston que en febrero devolvió a Estados Unidos a la superficie lunar con su módulo de aterrizaje Odysseus Nova-C, fue una de las tres empresas seleccionadas para desarrollar un LTV para el programa Artemis de la NASA. El contrato, valorado en 30 millones de dólares, encarga a IM y su equipo de subcontratistas la creación de un plan de viabilidad para desarrollar y desplegar un LTV en la Luna utilizando el módulo de aterrizaje de carga pesada de IM.

Colaborando con Roush en el diseño del chasis y la suspensión, Michelin en los neumáticos, Boeing como líder en diseño y Northrop Grumman en apoyo a la planificación de misiones (junto con otras cinco empresas aeroespaciales), el equipo liderado por IM creó el Moon RACER como una combinación entre el vehículo lunar de la misión Apollo y un carrito de golf modificado, equipado con antenas de comunicación, un remolque opcional para equipos y un par de cuernos largos en el capó como elemento decorativo (estos últimos una característica estrictamente “para quitar antes del vuelo”).

“No vamos a llevar a la Luna cuernos de 2 metros de largo, pero pensamos que sería divertido hoy, porque se trata del rover Texas”, comentó Jack Fischer, un exastronauta de la NASA que actualmente es vicepresidente senior de producción y operaciones en Intuitive Machines.

Con dimensiones de 4,3 metros de largo, 2,6 metros de alto y 3,6 metros de ancho, el Moon RACER puede arrastrar un remolque de 33 metros de longitud. En solitario, el LTV alcanza velocidades de hasta 15 km/h, similar a su predecesor de la era Apollo. También puede subir pendientes de hasta 20 grados y superar obstáculos de hasta 30 centímetros, aproximadamente el tamaño de una bola de bolos.

¿Cómo funciona el rover lunar?

El Moon RACER cuenta con un sistema de prevención de peligros para cuando sea conducido por la tripulación, así como con un modo autónomo para exploración robótica.

“Los astronautas lo conducen, pero cuando no estén allí, seguiremos operando ese vehículo desde aquí en Houston, desde Australia, desde plataformas en la Luna como el módulo de hábitat, y desde el Gateway que orbita la Luna”, explicó Martin. “También es un vehículo autónomo, por lo que podemos darle puntos de referencia y decir: ‘Quiero llegar a esa torre azul de allí’, y encontrará el camino, con suerte evitando caer en un cráter”.

Además de servir como centro de comunicaciones para los astronautas, las antenas del LTV permiten retransmitir datos vía satélite o enviar transmisiones directas a la Tierra.

Los pilotos de los módulos lunares Apollo 16 y Apollo 17 revisaron el diseño del LETV, y Duke comentó a IM que el Moon RACER era genial y “mucho más de lo que teníamos”, mientras que Schmitt señaló las manijas para abordar el rover. “Las manijas de las escaleras son lindas, pero en la Luna, simplemente saltaríamos sobre el capó”, parafraseó un portavoz de IM, refiriéndose a la baja gravedad lunar.

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