Más allá del impacto que tuvo en sí el sexto vuelo del Starship, una de las novedades de la jornada fue que Donald Trump estuvo presente en Texas durante el lanzamiento.

Trump, que asumirá como presidente de Estados Unidos en enero de 2025, confirmó que Elon Musk, dueño de SpaceX, formará parte de su gabinete.

Cabe recordar que Musk fue uno de los principales aportantes para la campaña del líder republicano, destinando unos US$ 120 millones a la misma.

En este sentido, la asistencia de Trump indica una alianza cada vez más profunda con Musk, quien espera que el programa Starship cobre notable impulso una vez que el republicano vuelva al poder.

El 13 de noviembre, Trump nombró a Musk como colíder de un nuevo proyecto de eficiencia gubernamental que buscará librar al gobierno del gasto innecesario y las regulaciones onerosas.

Justamente, la regulación de los lanzamientos de cohetes comerciales por parte de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) ha sido uno de los asuntos de los que Musk más se ha quejado durante la gestión de Joe Biden.

Para Musk, su principal objetivo es que el Starship llegue a Marte, algo que el propio magnate ve probable dentro de unos dos años e incluso proyecta que los primeros viajes tripulados al Planeta Rojo sucederán dentro de cuatro años.

“Acabamos de superar los 400 lanzamientos en Falcon, y no me sorprendería si volamos 400 lanzamientos de Starship en los próximos cuatro años”, dijo la presidenta y directora de operaciones de SpaceX, Gwynne Shotwell.

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