En lo que representa una gran noticia para Europa, a últimas horas del 5 de diciembre el cohete Vega-C volvió oficialmente al ruedo.
Específicamente, la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó la misión Sentinel-1C desde la plataforma de lanzamiento de Kourou en la Guayana Francesa.
Según la ESA, “el lanzamiento se realizó sin problemas, con el cohete llegando al espacio en ocho minutos”.
Así, el regreso del Vega-C fue un éxito tras pasar casi dos años en tierra: en diciembre de 2022, el cohete falló a los dos minutos y medio de su segunda misión debido a una anomalía en un motor, destruyendo dos satélites de imágenes de la Tierra.
Esa situación, a lo que se sumó que el Ariane 5 quedó fuera de servicio, dejó a la ESA sin acceso autónomo al espacio, lo que obligó a la agencia a recurrir a los servicios de empresas privadas como SpaceX.
El Vega-C puede lanzar 2.300 kg al espacio, como pequeñas naves espaciales científicas y de observación de la Tierra.
Con 35 metros de altura, Vega-C pesa 210 toneladas en la plataforma de lanzamiento y alcanza la órbita con tres etapas alimentadas por combustible sólido, antes de que la cuarta etapa de combustible líquido tome el relevo para la colocación precisa de los satélites en la órbita deseada alrededor de la Tierra.
La misión Sentinel-1C
La misión Sentinel-1, la primera de la familia Copernicus, se basa en una constelación de dos satélites idénticos que vuelan en la misma órbita pero a 180° de distancia, para optimizar la cobertura global y la entrega de datos para Copernicus, el componente de observación de la Tierra del Programa Espacial de la UE.
La ESA lanzó Sentinel-1A en abril de 2014, seguido por el lanzamiento de Sentinel-1B en 2016.
Sin embargo, la misión Sentinel-1B llegó a su fin en agosto de 2022 después de experimentar un fallo técnico que le impidió adquirir datos
Por su parte, Sentinel-1C, junto con Sentinel-1A, devolverá a la misión todo su potencial como constelación de dos unidades (el Sentinel-1D remplazará al Sentinel-1A a finales de 2025).
Sentinel-1 de Copernicus lleva tecnología de radar avanzada para proporcionar un suministro de imágenes de la superficie de la Tierra en todo tipo de condiciones meteorológicas, tanto de día como de noche.
¿Por qué es importante la misión?
Según la ESA, “los datos de Sentinel-1 contribuyen a numerosos servicios y aplicaciones de Copernicus, como la monitorización del hielo marino del Ártico, el seguimiento de icebergs, la cartografía rutinaria del hielo marino y las mediciones de la velocidad de los glaciares”.
“También desempeña un papel vital en la vigilancia marina, como la detección de derrames de petróleo, el seguimiento de buques para la seguridad marítima y el control de las actividades de pesca ilegal”, agregó la agencia.
“Además, es ampliamente utilizado para observar la deformación del suelo causada por hundimientos, terremotos y actividad volcánica, así como para mapear bosques, recursos hídricos y de suelo. La misión es crucial para apoyar la ayuda humanitaria y responder a las crisis en todo el mundo”, sentenció.
Celebra la ESA
Tras el lanzamiento, el Director General de la ESA, Josef Aschbacher, dijo: “El momento combinó dos grandes logros europeos: el tercer lanzamiento de un satélite Sentinel-1 y el tercer lanzamiento de Vega-C, marcando un regreso triunfal para ambos proyectos europeos emblemáticos”.
“Con la inserción de Sentinel-1C en órbita, la ESA continúa un legado de Sentinels firmes que protegen la Tierra y ejemplifica por qué Europa necesita vuelos seguros: porque lo que enviamos al espacio proporciona beneficios a la Tierra, y todo comienza con un lanzamiento”, agregó.
Por su parte, el Director de Transporte Espacial de la ESA, Toni Tolker-Nielsen, consideró que “el lanzamiento marca un paso crucial hacia adelante, reafirmando el acceso independiente europeo al espacio”.
“Con el Vega-C de regreso y el lanzamiento inaugural del Ariane 6 en julio, estamos en un gran lugar de cara al futuro”, agregó.
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