La infraestructura crítica que sostiene el flujo global de datos enfrenta amenazas crecientes, y la OTAN ha desarrollado un innovador plan para reforzar la seguridad de las telecomunicaciones. En respuesta a una serie de incidentes de sabotaje en cables submarinos del mar Báltico, las autoridades han comenzado a explorar soluciones tecnológicas avanzadas que combinan satélites y sensores submarinos para garantizar la resiliencia de estas redes esenciales.
El desafío de proteger la columna vertebral de Internet
Durante décadas, el 95% del tráfico global de datos ha dependido de cables submarinos, una tecnología altamente eficiente pero vulnerable a daños intencionales y naturales. Los recientes casos de cables cortados en el Báltico, atribuidos por Occidente a operaciones de sabotaje rusas, han evidenciado estas debilidades. Entre los incidentes destacados, Finlandia investiga a un buque petrolero ruso acusado de cortar cables al arrastrar su ancla.
Este tipo de ataques no solo interrumpen las comunicaciones, sino que también subrayan la necesidad de fortalecer la seguridad de infraestructuras críticas. Analistas afirman que la falta de medidas de protección adecuadas ha dejado expuesta una de las principales columnas vertebrales de Internet.
HEIST: una estrategia híbrida innovadora
En este contexto, la OTAN financia el proyecto HEIST (Hybrid Space/Submarine Architecture Ensuring Information Security of Telecommunications), que busca integrar tecnología espacial y submarina para redirigir datos de manera segura. Con un presupuesto inicial de 2 millones de dólares, HEIST combina la experiencia de académicos y empresas tecnológicas líderes como Viasat y SpaceX.
El sistema propone el uso de sensores instalados en cables submarinos para detectar interrupciones, desviando automáticamente los datos hacia redes satelitales. Este enfoque no solo mitiga los riesgos de sabotaje, sino que también podría desincentivar futuros ataques al reducir su impacto estratégico. Según Gregory Falco, profesor de la Universidad de Cornell y líder del proyecto, esta solución busca redefinir la arquitectura de comunicaciones global, proporcionando un ecosistema más resiliente.
Riesgos compartidos entre el espacio y el mar
Aunque los satélites representan una alternativa prometedora, también enfrentan desafíos significativos. Los fenómenos espaciales, la acumulación de desechos orbitales y posibles ataques de potencias rivales como Rusia o China complican su uso exclusivo como solución de respaldo.
Para abordar estas amenazas, el proyecto HEIST incorpora medidas avanzadas de seguridad, como tecnología antiinterferencias y protocolos de protección contra ciberataques. Sin embargo, Henric Johnson, profesor del Instituto de Tecnología de Blekinge y colaborador del proyecto, enfatiza que HEIST no es una solución definitiva, sino un paso dentro de un proceso continuo para reforzar la seguridad de las infraestructuras críticas.
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