La carrera lunar del siglo XXI estรก en marcha, con Estados Unidos y China liderando la competencia entre tensiones legales. Mientras las potencias avanzan en tecnologรญa y ambiciรณn, las lagunas en el derecho espacial pueden convertir este hito en un terreno de disputa internacional.

ยฟEstรกn las leyes espaciales preparadas para una Luna compartida?

Desde los comienzos de esta nueva carrera espacial, con el lanzamiento de los programas Constellation (EE.UU.) y Changโ€™e (China) en 2004, la atenciรณn se ha centrado en quiรฉn llegarรก primero en el siglo XXI a nuestro satรฉlite natural.

Sin embargo, poco se discute sobre los vacรญos legales que rodean la exploraciรณn lunar. Mรกs importante aรบn, sobre las posibles disputas que podrรญan surgir una vez que los humanos vuelvan a pisar su superficie.

Potencias espaciales: Cรณmo se distribuyen las cartas en la carrera lunar

En este รบltimo tiempo, las reiteradas reprogramaciones de las misiones Artemisa II y III de la NASA puesieron en duda si la naciรณn norteamericana sigue liderando la carrera lunar o si el gigante asiรกtico podrรญa tomar la delantera como el candidato para llegar primero.

Mientras tanto, India sorprendiรณ al mundo con el รฉxito de su misiรณn Chandrayaan-3. Aunque aรบn no tiene una proyecciรณn definida a corto plazo para un alunizaje tripulado, se posicionรณ como un actor emergente en la nueva era espacial.

Por su parte, Rusia, aunque rezagada tras el fracaso de Luna-25 en 2023, busca mantenerse relevante mediante alianzas estratรฉgicas con China.

Sin embargo, mรกs allรก de quiรฉn logre alunizar primero, la verdadera pregunta es quรฉ ocurrirรก despuรฉs.

El hielo lunar: ยฟUn recurso de todos o el detonante de una batalla polรญtica?

Desde el comienzo de la disputa lunar entre las dos potencias, las preguntas sobre la ubicaciรณn de las estaciones de investigaciรณn en el cuerpo celeste y las reclamaciones sobre los recursos lunares han estado en el centro del debate. Ambos paรญses, en lo que podrรญa considerarse una guerra frรญa espacial, buscan establecer bases de investigaciรณn a largo plazo.

Esto genera tensiones sobre quiรฉn tendrรก el control de las zonas estratรฉgicas de la Luna. Estas cuestiones forman parte de una competencia silenciosa que podrรญa intensificarse conforme los avances en la exploraciรณn del satรฉlite.

Como se sabe desde la confirmaciรณn de la misiรณn Chandrayaan-1 de la ISRO en 2009, la Luna tiene agua en forma de hielo, localizado en las regiones cercanas a sus polos, que se encuentran en un rรฉgimen de sombra permanente.

La base del conflicto se centrarรญa en el valor estratรฉgico crucial del hielo lunar para las futuras misiones espaciales. Esta reserva podrรญa abastecer de agua y oxรญgeno a los astronautas, y aรบn mรกs importante, servir como materia prima para la producciรณn de combustible mediante la electrรณlisis del agua.

El problema es que los argumentos legales sobre los derechos de los recursos espaciales son รกreas ambiguas y de difรญcil interpretaciรณn. La falta de un marco regulatorio claro podrรญa dar lugar a disputas internacionales.

Hielo en las zonas polares de la luna.
Registro de agua en forma de hielo en los polos lunares.

La lucha por las zonas polares

El hielo lunar se encuentra fundamentalmente en los crรกteres polares. De los dos, el polo sur es el mรกs codiciado, ya que presenta la mayor concentraciรณn de hielo. Se destacan los crรกteres Shackleton, Aretz y de Haworth.

Estas รกreas no reciben luz solar directa, por lo que alcanzan temperaturas de hasta -250ยฐC. El hielo se acumula en esos sectores y se conserva durante miles de millones de aรฑos.

La cantidad presunta de hielo, segรบn estimaciones basadas en datos de Chandrayaan-1 y Lunar Reconnaissance Orbiter (NASA), alcanzarรญa las 600 millones de toneladas. En contraste, sรณlo en el casquete polar de Groenlandia, uno de los tantos cuerpos de hielo de la Tierra, se tienen unas 2,85 billones de toneladas de agua.

Ademรกs, al no saber el estado concreto del hielo o la complejidad de la extracciรณn, la totalidad aprovechable podrรญa ser considerablemente menor.

Tensiones legales en el espacio: ยฟQuรฉ reglas regirรกn cuando los humanos vuelvan a pisar la Luna?

Los principios bรกsicos del derecho espacial internacional se exponen en diez tratados y acuerdos entre varios paรญses. El mรกs importante es el Tratado sobre el Espacio Exterior (OST, por sus siglas en inglรฉs) (ONU, 1967).

Su relevancia radica en haber sido el primer marco jurรญdico integral espacial, en presentar mayor adhesiรณn de estados (110) y en su carรกcter vinculante.

Este tratado establece que el espacio debe ser “libre para la exploraciรณn y el uso de todos los estados”, y “no estรก sujeto a apropiaciรณn nacional por reclamaciรณn de soberanรญa”. El mismo sugiere que los paรญses podrรญan estar en terreno inestable en el establecimiento de bases nacionales en la Luna, ya que todos los demรกs paรญses tienen igual derecho a explorar y utilizar ese “territorio”.

Si las naciones son libres de “explorar y utilizar los cuerpos celestes”, luego cualquiera puede extraer recursos lunares y usarlos mientras estรฉ en el espacio.

Sin embargo, el tratado se contradice al permitir a los paรญses retener jurisdicciรณn sobre los objetos que colocan en el espacio. Esto podrรญa implicar que las bases en la Luna permanezcan bajo la jurisdicciรณn del paรญs que las colocรณ.

Asรญ, los exploradores de otras naciones podrรญan verse restringidos de explorar donde esto interfiera con la jurisdicciรณn de estas bases.

En lo que respecta a convenios lunares, en el marco del OST se creรณ El Acuerdo sobre la Luna (1979), que establece que “ni la superficie ni el subsuelo de la Luna, ni ninguna parte de ellos o recursos naturales in situ, serรกn propiedad de ningรบn estado”. Sin embargo, las principales potencias como EE.UU., Rusia y China no lo firmaron.

En el marco del programa Artemisa, EE.UU. cuenta con su propio convenio. Los Acuerdos Artemisa (2020) intentan establecer reglas bรกsicas sobre el uso de recursos lunares, y la definiciรณn de โ€œzona de seguridadโ€ alrededor de sus actividades โ€œpara evitar interferenciasโ€. Mientras que naciones emergentes como India son signatarias, las potencias asiรกticas no lo son.

La explotaciรณn de los recursos lunares y sus finalidades

Ademรกs de la disputa por la apropiaciรณn de los recursos lunares, tambiรฉn hay una diferencia entre extraer recursos espaciales necesarios para la exploraciรณn futura, y tomar recursos del espacio para devolverlos a la Tierra solo porque son valiosos econรณmicamente.

Esta รบltima cuestiรณn estรก relacionada al campo emergente de la minerรญa de asteroides: varias empresas ya han delineado planes para viajar a asteroides y extraer minerales y metales valiosos para traerlos a la Tierra, lo que genera un debate sobre la permisividad de la repatriaciรณn de recursos.

Si el espacio es infinito, entonces ยฟlas leyes espaciales tambiรฉn?

En otras cuestiones legales, tanto el OST como la Convenciรณn sobre Responsabilidad Internacional por Daรฑos Causados por Objetos Espaciales (ONU, 1972) establecen lรญmites sobre la contaminaciรณn al espacio y otros cuerpos celestes. Los paรญses son responsables de cualquier estrago causado por su hardware espacial, y estรกn obligados a evitar la poluciรณn del espacio. Todo esto, incluso cuando los vehรญculos no estรฉn bajo el control de los humanos en la Tierra.

Un ejemplo es el de las naves espaciales que usan fuentes de energรญa radioactivas. La propagaciรณn descuidada de materiales radiactivos serรญa una violaciรณn del derecho espacial internacional.

Estas disposiciones presentan ambigรผedades legales, fundamentalmente por el carรกcter infinito del espacio y la extensiรณn de las leyes que lo apaรฑan.

En este sentido, es prรกcticamente imposible que los paรญses tengan control de su basura espacial cuando las naves dejan el Sistema Solar y se dirigen a los confines lejanos del vecindario cรณsmico. Y, de cualquier forma, es posible que tampoco tenga sentido que sigan siendo responsables de la contaminaciรณn en instancias tan lejanas a la Tierra.

Si se pierde contacto con una nave espacial, ยฟdeberรญan los paรญses seguir siendo responsables de sus obligaciones en la infinitud del espacio?

Un ejemplo son las sondas Voyager (NASA, 1977), que ya alcanzaron el espacio interestelar, la primera hace mรกs de 10 aรฑos. Otro caso es el de las sondas Pioneers 10 y 11 (NASA, 1970), que estรกn en trayectorias que las llevarรกn fuera del Sistema Solar en las prรณximas dรฉcadas.

Tensiones legales
Sonda Voyager.

Por su parte, otros vehรญculos espaciales como la nave New Horizons de la NASA tambiรฉn se han alejado del planeta terrestre. Esta รบltima pasรณ cerca de Plutรณn en 2014 y actualmente viaja a travรฉs de una regiรณn distante llamada el Cinturรณn de Kuiper.

Hacia una exploraciรณn cooperativa

La exploraciรณn y explotaciรณn lunar ofrecen grandes oportunidades para el avance de la humanidad, pero tambiรฉn legales, econรณmicos y polรญticos. Los vacรญos en la legislaciรณn espacial pueden fomentar la competencia desmedida y la falta de un marco regulatorio claro, pero el verdadero desafรญo es evitar que la carrera lunar se convierta en una fuente de disputas geopolรญticas.

Para asegurar una exploraciรณn espacial exitosa y sostenible, es esencial que las potencias colaboren en un sistema de gobernanza que promueva la cooperaciรณn internacional. Solo mediante acuerdos multilaterales que equilibren los intereses nacionales se garantizarรก un acceso justo a los recursos y se evitarรกn confrontaciones.

La cooperaciรณn es clave para abordar los desafรญos de expandir nuestra presencia mรกs allรก de la Tierra.

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