El Vehículo de Pruebas Orbitales X-37B de la Fuerza Espacial de EE.UU. superó el año de tiempo de vuelo.
El X-37B despegó en diciembre de 2023, en un cohete Falcon Heavy de SpaceX, y se colocó en una órbita terrestre altamente elíptica, más alta que cualquiera de las misiones anteriores de aviones espaciales.
Y, desde esa órbita, la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, con el apoyo de la Oficina de Capacidades Rápidas de la Fuerza Aérea, está llevando a cabo experimentos sobre el efecto de radiación, además de probar tecnologías de conocimiento del dominio espacial.
Específicamente, se destacan las maniobras de aerofreno, una técnica para alterar la órbita de la nave alrededor de la Tierra, así como para deshacerse de manera segura del módulo de servicio adjunto.
Una nueva prueba
El año pasado, Boeing, quien fabricó el X37B, detalló que la nave “realizará maniobras de aerofrenado innovadoras para llevar el avión espacial dinámico desde una órbita terrestre a otra, mientras conserva combustible”.
El uso de la maniobra de aerofrenado requiere que la nave espacial realice una serie de pasadas utilizando la resistencia de la atmósfera de la Tierra.
Dicha técnica le permitirá a la nave espacial cambiar de órbita mientras gasta un mínimo de combustible. Esta es la primera vez que la Fuerza Espacial de EE.UU. y el X-37B intentan llevar a cabo una maniobra de aerofrenado dinámico.
Tras la concreción de dichas maniobras, el vehículo saldrá de órbita y ejecutará un regreso seguro a la Tierra, probablemente en la pista de aterrizaje del transbordador del Centro Espacial Kennedy.
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