China ha desarrollado nuevas estrategias de interferencia satelital basadas en inteligencia artificial, diseñadas para neutralizar la constelación Starlink de SpaceX.

Inspiradas en el comportamiento de caza de ballenas, estas técnicas subrayan la importancia estratégica del espacio en un posible enfrentamiento en el Estrecho de Taiwán.

Los satélites de SpaceX han revolucionado las comunicaciones militares al ofrecer una red satelital descentralizada y altamente resiliente. Sus aplicaciones proporcionan comunicaciones seguras para tropas en el campo de batalla, y potencian el uso de drones, cazas furtivos y sistemas de vigilancia.

Durante la guerra en Ucrania, Starlink demostró su capacidad para mantener la conectividad incluso bajo ataques de guerra electrónica. Estas ventajas tecnológicas lo han convertido en un recurso crucial para los aliados de Estados Unidos y sus socios estratégicos.

En este contexto, China ve a Starlink como una amenaza directa a su capacidad de controlar el espacio y las comunicaciones en un posible conflicto en el Estrecho de Taiwán.

En un escenario de guerra, la constelación estadounidense podría permitir a Taiwán mantener la conectividad pese a sabotajes a sus cables submarinos, que actualmente forman la columna vertebral de sus comunicaciones externas. Además, podría potenciar sus defensas y coordinar con aliados internacionales.

Neutralizar esta red satelital es clave para los objetivos estratégicos de China, que busca garantizar el aislamiento de Taiwán y mitigar la influencia tecnológica y militar de EE.UU. en la región.

Innovaciones militares en medio oriente: el futuro de la guerra satelital

Un informe reciente del South China Morning Post (SCMP) revela que científicos chinos han simulado operaciones que permitirían a una flota de 99 satélites interceptar hasta 1.400 unidades de la constelación Starlink en menos de 12 horas.

El proyecto fue liderado por Wu Yunhua, de la Universidad de Aeronáutica y Astronáutica de Nanjing, y financiado por el gobierno y el ejército chino. Utiliza un algoritmo binario de IA inspirado en la caza de ballenas para rastrear y monitorear los satélites de SpaceX.

El equipo de Wu afirma haber desarrollado una tecnología sin precedentes que permite generar un plan de acción integral y confiable en menos de dos minutos.

El desarrollo de tecnologías anti-satélite en China

China ha acelerado su investigación en tecnologías diseñadas para contrarrestar redes satelitales como Starlink, que ha demostrado ser crucial para la coordinación militar en Ucrania, según Asia Times.

En lugar de centrarse en destruir satélites individuales, estos avances buscan neutralizar múltiples objetivos de manera eficiente. Entre ellos se encuentran innovaciones como el Amplificador de Klystron Relativista (RKA), un arma de microondas capaz de desactivar la electrónica sensible de los satélites. Sin embargo, su implementación enfrenta desafíos relacionados con el sobrecalentamiento y las altas demandas de energía.

Además, China ha desarrollado sofisticadas armas de energía dirigida, como láseres de estado sólido montados en satélites, y está explorando el uso de láseres de rayos X, una tecnología originada en la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) de EE.UU., con el potencial de destruir varios satélites en un solo ataque.

Taiwán busca reforzar su infraestructura de comunicación

Reconociendo la efectividad de Starlink en la guerra de Ucrania, Taiwán está desarrollando su propio sistema de comunicaciones satelitales en órbita baja (LEO). Este sistema, anunciado en 2022 por la Agencia Espacial Taiwanesa, tiene como objetivo garantizar comunicaciones soberanas y resilientes frente a posibles ataques chinos.

El proyecto está diseñado específicamente para proteger la conectividad en caso de daños a los cables submarinos, que transportan más del 99% de los datos globales y lo conectan a redes digitales internacionales.

Prototipo de satélite LEO de Taiwán.
Prototipo de satélite LEO de Taiwán.

En este contexto, en julio de 2024 el barco chino Shunxin-39 fue acusado de cortar deliberadamente uno de estos cables, lo que ha incrementado la preocupación sobre la vulnerabilidad de la infraestructura crítica de la isla.

Aunque los satélites no enfrentan estas vulnerabilidades, los expertos taiwaneses en tecnología y ciberseguridad Charles Mok y Kenny Huang advierten que su alto costo y menor capacidad de datos los hacen un sustituto inadecuado para los cables submarinos.

Además, Marc Julienne, experto en relaciones internacionales y políticas de seguridad, señala que el programa LEO de Taiwán enfrenta desafíos significativos, como la dependencia de lanzamientos extranjeros, la falta de experiencia en comunicaciones espaciales y la dificultad para atraer talento en el sector aeroespacial.

El espacio como nuevo campo de batalla

La competencia por el control del espacio y las telecomunicaciones en el contexto del estrecho de Taiwán está alcanzando nuevas alturas.

A medida que las tensiones aumentan, la carrera por dominar las comunicaciones satelitales en esta región estratégica no solo determinará el equilibrio de poder en el estrecho, sino que también podría redefinir el panorama de la seguridad global y las alianzas internacionales.

La guerra por el espacio y las redes digitales se perfila como una de las confrontaciones más decisivas del siglo XXI.

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