Este lunes 20 de enero, Donald Trump asumió como el 47º presidente de Estados Unidos y, entre muchos de sus anuncios, el magnate dijo que quiere que astronautas de su país lleguen a Marte.

“Mi mensaje a los estadounidenses hoy es que es hora de que una vez más actuemos con coraje, vigor y la vitalidad de la civilización más grande de la historia. Estados Unidos volverá a considerarse una nación en crecimiento, que aumenta su riqueza, expande su territorio, construye nuestras ciudades, eleva nuestras expectativas y lleva nuestra bandera a nuevos y hermosos horizontes”, dijo el nuevo mandatario.

“Y perseguiremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas, lanzando astronautas estadounidenses para plantar las barras y estrellas en el planeta Marte”, agregó.

Por su parte, el CEO de SpaceX, Elon Musk, quien asistió a la toma de posesión de Trump, sonrió y levantó el pulgar en reacción al comentario del magnate.

Tensiones entre Musk y la NASA

Durante mucho tiempo, el propio Musk ha dicho que su objetivo es enviar humanos a Marte para convertir a la humanidad en una especie multiplanetaria.

Por ello, ha estado desarrollando el Starship, el cohete más poderoso del mundo, e incluso ha dicho que podría enviar una misión no tripulada al Planeta Rojo dentro de unos cuatro años.

Por su parte, la NASA ha elegido la nave Starship para llevar a sus astronautas del Programa Artemisa a la Luna no antes de 2027.

Cabe recordar que, durante su primer mandato, Trump creó la Fuerza Espacial de EE.UU. como una nueva rama de las fuerzas armadas para salvaguardar los intereses del país en el espacio.

Además, fue él quien impulsó el Programa Artemisa del cual, actualmente, forman parte más de 50 países, incluida la Argentina.

Sin embargo, con la llegada de Musk al gobierno, se espera que las tensiones con la NASA vayan en aumento: mientras que el CEO de SpaceX apunta todos sus cañones a Marte, desde la agencia espacial insisten en que aún faltan muchos años para que los seres humanos estén listos para viajar al Planeta Rojo por cuestiones como la dificultad de un aterrizaje, las tormentas solares e incluso el impacto psicológico del viaje.

Por ello, la NASA argumenta que la nueva carrera espacial debe centrarse en colonizar la Luna antes que China, principalmente porque allí hay grandes cantidades de agua congelada, además del codiciado Helio-3.

Este isótopo ligero podría utilizarse como combustible en plantas de energía eléctrica a través de la fusión nuclear, y así satisfacer las necesidades energéticas de la Tierra por centenares de décadas.

Además no es contaminante, por lo que no generará desechos peligrosos como sucede con el tritio o el deuterio. Se estima que con 25 toneladas de este material podría cubrirse la necesidad energética de EE.UU. durante un año.

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