Por Bruno Diforti

A menos de 10 días de la primera misión espacial de la ESA en 2025 (el segundo vuelo del Ariane 6), Espacio Tech pudo visitar las instalaciones que la entidad europea tiene en la Guayana Francesa, en la ciudad de Kourou, territorio de ultramar francés que forma parte del continente sudamericano.

El vuelo del Ariane 6, en primera medida previsto para el 3 de diciembre, fue pospuesto por “desviaciones”, según comunicó Arianespace, empresa desarrolladora del cohete.

Luego de haber debutado con relativo éxito el 9 de julio, el cohete volverá al espacio el 26 de febrero a las 13.28 (GMT -3).

Dadas las condiciones en las que se encuentran las instalaciones, con restricciones por la cercanía del despegue, parte de ellas están restringidas al abocarse totalmente a los preparativos finales.

La ESA ultima detalles para el segundo vuelo del Ariane 6

La nueva misión de Ariane 6 y el comienzo de un ambicioso año para la ESA

Tras los análisis de la primera misión, y la corrección sobre un pequeño fallo en la fase final de su operación, la ESA se abocó en darle esta vez una impronta comercial al segundo vuelo. El objetivo es ampliar el alcance de la agencia europea en un año aún incierto para la industria aeroespacial.

En el año de su 50° aniversario, la organización multinacional planifica una inversión de más de 7.600 millones de euros. Francia, Alemania y España serían los principales financistas.

En septiembre de 2024, la ESA anunció un ambicioso plan para concretar cinco vuelos con el Ariane 6 este año. Sin embargo, se prevé difícil el cumplimiento de esta meta, dado que prácticamente deberá establecer un cronograma de un despegue cada 70 días aproximadamente.

La ESA, luego del paso dado en julio pasado, quiere seguir ganando protagonismo en un contexto internacional incierto. Esto se debe a que aún no está claro qué le deparará a la NASA bajo la nueva presidencia de Donald Trump. Principalmente, la gran cuestión es qué tan influyente será el rol de Elon Musk en este segundo mandato del magnate.

Por ello, mientras que Rusia y China siguen trabajando para no perderle pisada a EE.UU., desde Europa quieren dar un nuevo paso con la puesta en órbita de un satélite de observación para las Fuerzas Armadas francesas. El objetivo es reforzar la independencia en términos espaciales y militares.

Modelo de un cohete Ariane

Cooperación y coordinación, los grandes desafíos de la ESA en su nueva etapa

En el contexto del regreso de Trump, la Unión Europea no quiere quedar ligada a las decisiones del presidente republicano.

La búsqueda de esta independencia se va consolidando gracias a que la ESA ya no requiere de empresas privadas para avanzar en la exploración espacial. Y esto podría abrir el abanico de opciones comerciales en observación, investigación y telecomunicaciones.

Aún así, las intenciones de la ESA no van de la mano de las capacidades con las que cuenta al final del día. Esto quedó en evidencia con el ya mencionado anunció del 2024, cuando se confirmó un segundo vuelo del Ariane 6, que luego fue pospuesto sin brindar demasiadas especificaciones.

De esta manera, la agencia europea muestra su apuro en avanzar en la exploración especial y, al mismo tiempo, las falencias que la limitan.

Dentro del anuncio general, el quinto y último supuesto lanzamiento del 2025 sería el marco para la puesta en escena del nuevo sistema Ariane 6.4. Este cuenta con 4 propulsores sólidos, es decir, dos más de los que se utilizan actualmente.

Si bien el plan de la ESA es lanzarlo este año, los propios integrantes del CSG (Centre Spatial Guyanais, por sus siglas en francés) afirman que no ven posible este avance hasta, al menos, 2027.

Entre apuros y promesas ambiciosas, el Ariane 6 está casi listo para volver al espacio para rubricar un nuevo paso en la independencia europea tanto en exploración como en la capacidad de sus milicias en un contexto global que sigue marcado por tensiones geopolíticas en regiones como Ucrania y Gaza.

En busca de mayor cooperación

Pero, más allá de sus deseos, al entender sus carencias, restará conocer durante el desarrollo del año la sinergia entre la ESA y la nueva cúpula de la NASA. La colaboración será un fator fundamental para avanzar en la divulgación de conocimiento científico sobre el espacio.

Como antecedente, en 2021 se establecieron objetivos de cooperación entre los miembros de la ESA, la Unión Europea en su totalidad y la Comisión Europea de cara a este 2025.

A mitad ese camino surgió el popular informe que Mario Draghi elevó a la Unión Europea en sus últimos días de protagonismo, en el que destacaba la falta de coordinación a nivel continental en lo que respecta a inversión en exploración espacial y la lejanía en el ámbito respecto a Estados Unidos y China.

¿Podrán la ESA y la Unión Europea confirmar los planes de 2025 y afianzarse de cara al futuro? En primera medida, Ariane 6 debería completar esta nueva misión sin inconvenientes para rubricar su funcionamiento.

Allí podría proyectar las mejoras de su sistema, a la vez que se continúa consolidando su carácter comercial para dar un retorno visible a los esfuerzos de la ESA de no perderle pisada a los referentes espaciales.

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