Cuando Mark Zuckerberg anunció en 2021 el cambio de nombre de Facebook a Meta, lo hizo con una visión ambiciosa: construir el Metaverso, un mundo virtual inmersivo en el que las personas pudieran trabajar, socializar y consumir entretenimiento. Tres años después, esa promesa sigue siendo una apuesta a largo plazo que aún no logra despegar.
¿Por qué el metaverso, que prometía ser la próxima revolución tecnológica, está en pausa?
El alto costo de la tecnología
Uno de los principales obstáculos para la adopción masiva del metaverso es el costo del hardware necesario. Dispositivos como el Meta Quest Pro tienen un precio que ronda los US$ 1000, una barrera significativa para el usuario promedio.
A esto se suma la necesidad de contar con computadoras potentes o conexiones a internet de alta velocidad para garantizar una experiencia fluida, lo que eleva aún más la inversión.

Falta de contenido atractivo y utilidades claras
A pesar de la inversión multimillonaria de Meta —más de US$ 36 mil millones hasta la fecha en su división Reality Labs—, el metaverso aún carece de aplicaciones atractivas y útiles para el público masivo.
Los mundos virtuales como Horizon Worlds fueron criticados por su diseño rudimentario y la falta de interacción significativa, lo que desalienta a los usuarios.
Por su parte, empresas como Microsoft redujeron su apuesta por el metaverso, cerrando su plataforma AltspaceVR en 2023.

Competencia con otras tecnologías emergentes
Mientras el metaverso intenta despegar, otras innovaciones tecnológicas como la inteligencia artificial generativa y las criptomonedas están acaparando la atención y las inversiones.
Apple, por ejemplo, optó por centrarse en la realidad aumentada con sus Vision Pro, una estrategia diferente que prioriza integrar lo digital con el mundo físico en lugar de crear entornos virtuales aislados.
El escepticismo del mercado
El mercado financiero también mostró su desconfianza. Las acciones de Meta cayeron fuertemente en 2022 en medio de críticas por sus enormes gastos en el metaverso sin resultados concretos.
Inversores y analistas siguen cuestionando cuándo —o si— esta apuesta comenzará a rendir frutos.
¿Un futuro en pausa o una promesa que aún se cocina?
El metaverso no está muerto, pero su evolución es más lenta y complicada de lo que sus promotores imaginaron.
Con desafíos tecnológicos, falta de contenido atractivo y una fuerte competencia, el sueño de un mundo virtual masivo e interconectado sigue siendo, por ahora, una promesa a largo plazo.
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